Irak: El Papa en la Llanura del Ur

Oración de los hijos de Abraham

encuentro interreligioso llanura ur
Encuentro interreligioso en Ur, Irak © Vatican Media

En este segundo día de su viaje a Irak, 6 de marzo de 2021, tras su visita al gran ayatolla Sayyid Ali Al-Husayni Al-Sistani en Nayaf, el Papa Francisco se ha trasladado hasta la Llanura del Ur para participar en un encuentro religioso con líderes de otras confesiones en el que se ha rezado la oración de los hijos de Abraham.

encuentro interreligioso llanura urEste lugar, donde, según la tradición, el “padre de multitudes”, Abraham, habló por primera vez con Dios, se menciona en la Biblia (Génesis 11: 28-31) y se le conoce comúnmente como el lugar de nacimiento del patriarca que une los destinos de judíos, cristianos y musulmanes. Es aquí donde Dios pidió Abraham que dejase su tierra natal, Ur de los Caldeos, y todo lo que tenía, para trasladarse a la tierra de Canaán.

Llanura del Ur

La Llanura del Ur es una de las más antiguas e importantes ciudades sumerias, situada a 24 kilómetros de Nassiriya, y conocida hoy como Tell al-Muqayyar, “colina de la brea”, fue la capital de un imperio, el sumerio, que a finales del III milenio a.C. dominaba toda Mesopotamia.

Su posición tan ventajosa, entre los ríos Tigris y Éufrates, cerca del Golfo Pérsico, facilitó su desarrollo comercial y su dominio político, transformándola en una de las ciudades más prósperas y poderosas de la región. En la actualidad, los restos de la antigua Ur son visibles gracias a las excavaciones arqueológicas de 1919 realizadas por Henry Reginald Holland Hall, y gracias a las del 1922, del Museo Británico y de la Universidad de Pennsylvania, dirigida por Leonard Woolley.

Cantos, testimonios y discurso del Papa

Tras el himno de apertura, el canto de la lectura del Libro del Génesis y un pasaje del Corán en árabe, dos jóvenes, Dawood Ara (cristiano) y Hasan Salim (musulmán), han ofrecido su testimonio. Ambos muchachos han emprendido un negocio para cubrir sus estudios y resaltan que, aunque presentan distintas religiones, su historia demuestra que es posible ser amigos y trabajar juntos.

Rafah Husein Baher, una mujer de la religión Saba Mandean, contó al Papa que había visto como sus parientes cercanos huían del país por distintos motivos. La señora relató el ejemplo heroico de Najy, de la comunidad sabea mandea, que perdió la vida intentando salvar a la familia de su vecino musulmán de la guerra. Rafah indicó también su intención firme de permanecer en su país, en la tierra de sus padres, hasta su muerte.

Por último, Ali Zghair Thajeel, musulmán chií, profesor de la Universidad de Nassiriya, ha compartido que se dedica a organizar grupos de visita a Ur y ha resaltado cómo, a lo largo de la crisis que ha atravesado Irak, la Iglesia ha tratado a todos los iraquíes de igual manera, colaborando con Cáritas y proporcionando alimentos y medicinas.

En su discurso, el Santo Padre apuntó que “la verdadera religiosidad es adorar a Dios y amar al prójimo (…). Desde la tierra de Abraham “afirmamos que Dios es misericordioso y que la ofensa más blasfema es profanar su nombre odiando al hermano. Hostilidad, extremismo y violencia no nacen de un espíritu religioso; son traiciones a la religión”. Y los creyentes “no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión. Es más, nos corresponde a nosotros resolver con claridad los malentendidos”, subrayó.

Antes de concluir el encuentro, se rezó la oración de los hijos de Abraham, que compartimos íntegramente a continuación.

***

Oración de los hijos de Abraham

Dios omnipotente, Creador nuestro que amas a la familia humana y a todo lo que han hecho tus manos, nosotros, los hijos e hijas de Abrahán pertenecientes al judaísmo, al cristianismo y al islam, junto a los otros creyentes y a todas las personas de buena voluntad, te agradecemos por habernos dado como padre común en la fe a Abrahán, hijo insigne de esta noble y amada tierra.

Te damos gracias por su ejemplo de hombre de fe que te obedeció hasta el fin, dejando su familia, su tribu y su patria para ir hacia una tierra que no conocía.


También te agradecemos por el ejemplo de valentía, resiliencia y fortaleza, de generosidad y hospitalidad que nuestro padre común en la fe nos ha dado.

Te damos gracias, en particular, por su fe heroica, demostrada por la disponibilidad para sacrificar a su hijo por obedecer tu mandato. Sabemos que era una prueba muy difícil, de la que, no obstante, salió vencedor, porque sin condiciones confió en Ti, que eres misericordioso y abres siempre nuevas posibilidades para volver a empezar.

Te agradecemos porque, bendiciendo a nuestro padre Abrahán, lo has hecho una bendición para todos los pueblos.

Te pedimos, Dios de nuestro padre Abrahán y Dios nuestro, que nos concedas una fe fuerte, diligente en el bien, una fe que abra nuestros corazones a Ti y a todos nuestros hermanos y hermanas; y una esperanza invencible, capaz de percibir en todas partes la fidelidad de tus promesas.

Haz de cada uno de nosotros un testigo de tu cuidado amoroso hacia todos, en particular hacia los refugiados y los desplazados, las viudas y los huérfanos, los pobres y los enfermos.

Abre nuestros corazones al perdón recíproco y haznos instrumentos de reconciliación, constructores de una sociedad más justa y fraterna.

Acoge en tu morada de paz y de luz a todos los difuntos, en particular a las víctimas de la violencia y de las guerras.

Asiste a las autoridades civiles en la búsqueda y el rescate de las personas secuestradas, y en la particular protección de las mujeres y los niños.

Ayúdanos a cuidar el planeta, la casa común que, en tu bondad y generosidad, nos has dado a todos nosotros.

Sostiene nuestras manos en la reconstrucción de este país, y concédenos la fuerza necesaria para ayudar a cuantos han tenido que dejar sus casas y sus tierras con vistas a alcanzar seguridad y dignidad, y a comenzar una vida nueva, serena y próspera. Amén.

© Librería Editora Vaticana