El Papa Francisco visitará Florencia para la reunión de obispos y alcaldes del Mediterráneo. La confirmación vino del cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. La reunión está prevista para el 27 de febrero del próximo año.
El programa
El programa general ya está elaborado: el Papa aterrizará en Florencia en el estadio de atletismo “Luigi Ridolfi” a las 8 de la mañana, en privado. A las 8.30 horas, en el Salone dei Cinquecento del Palazzo Vecchio, se reunirá con los obispos y los alcaldes: aquí pronunciará su discurso. A continuación, saludará a varios alcaldes en el Salón Leone X. A las 9.30 horas, en la Sala D’Arme, se reunirá con las familias de los refugiados y desplazados. Por último, a las 10.30 horas, celebración de la Santa Misa en la Basílica de la Santa Cruz. Al final, en el parvis de la basílica de la plaza Santa Croce, el Papa rezará la oración del Ángelus, antes de dejar Florencia para regresar al Vaticano.
En la estela de Bari
“Expreso mi profunda gratitud al Papa Francisco -comenta el cardenal presidente- por este gesto de atención hacia la iniciativa que involucra a las comunidades eclesiales y civiles del Mediterráneo. Al igual que en el anterior encuentro, que tuvo lugar en Bari en 2020, el Papa no sólo bendice la iniciativa, sino que pone su sello en ella, asegurando su participación en la jornada final.
El encuentro de Florencia será una oportunidad para seguir reflexionando sobre los compromisos que el Santo Padre nos dio en Bari: ‘Reconstruir los lazos que se han roto, levantar las ciudades destruidas por la violencia, hacer florecer un jardín donde hoy hay campos resecos, infundir la esperanza a los que la han perdido y exhortar a los que están encerrados en sí mismos a no temer al hermano”. Y mirar esto, que ya se ha convertido en un cementerio, como un lugar de futura resurrección para toda la zona’.
Superar las barreras
Los retos que estamos llamados a afrontar, concluye Bassetti, “son un estímulo para superar las barreras que marcan el Mediterráneo e intensificar el encuentro y la comunión entre las Iglesias hermanas”. Sólo tejiendo relaciones fraternas es posible promover el proceso de integración. Empecemos de nuevo desde Florencia para que las orillas del Mediterráneo vuelvan a ser un símbolo de unidad y no de fronteras”.
