Simposio Teológico Internacional: Conferencia de presentación

“Por una teología fundamental del sacerdocio”

Simposio Teológico Conferencia Presentación
Ordenación sacerdotal © Cathopic

En la mañana de hoy, 12 de abril de 2021, ha tenido lugar en streaming desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede la Conferencia de presentación del Simposio Teológico Internacional Por una teología fundamental del sacerdocio, organizado por la Congregación para los Obispos, que se celebrará en Roma del 17 al 19 de febrero de 2022.

En la rueda de prensa de presentación han intervenido el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, el profesor Vincent Siret, rector del Pontificio Seminario Francés de Roma, en conexión remota, y la profesora Michelina Tenace, catedrática de Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Intervención del cardenal Ouellet

El cardenal Marc Ouellet, encargado de presentar el proyecto del Simposio sobre vocaciones, ha recordado las palabras del Papa Francisco sobre la sinodalidad: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”. Esta expectativa, apunta, “puede parecer abstracta a primera vista, pero cuando la consideramos desde el punto de vista de las vocaciones, adquiere un contenido muy concreto”.

La sinodalidad, explica, “significa básicamente la participación activa de todos los fieles en la misión de la Iglesia, describe la marcha unida de los bautizados hacia el Reino que se construye diariamente en la familia, en el trabajo, así como en la vida social y eclesial en todas sus formas”, algo que “requiere una vida de fe y una estrecha colaboración entre laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas, para el anuncio del Evangelio al mundo a través del testimonio convincente de las comunidades cristianas”.

El purpurado ha anunciado que el evento es una “intensa sesión de tres días”, abierta a todos, pero orientada especialmente para obispos y todos los que “se interesan por la teología, para profundizar en la comprensión de las vocaciones y en la importancia de la comunión entre las distintas vocaciones en la Iglesia”.

“Un simposio teológico no pretende ofrecer soluciones prácticas a todos los problemas pastorales y misioneros de la Iglesia, pero puede ayudarnos a profundizar en el fundamento de la misión de la Iglesia. La comprensión de la revelación divina sobre el sacerdocio de Cristo y la participación de la Iglesia en este sacerdocio es una cuestión crucial para nuestro tiempo”, sostiene.

No se trata, prosigue, “de un tema nuevo, sino de un tema central, cuya originalidad consistirá en establecer una relación fundamental entre el sacerdocio de los bautizados, que el Concilio Vaticano II ha potenciado, y el sacerdocio de los ministros, obispos y sacerdotes, que la Iglesia católica siempre ha afirmado y precisado”.

El cardenal aclara ser “conscientes de la escasez de vocaciones en muchas regiones, así como de las tensiones sobre el terreno debidas a las visiones pastorales divergentes, a los desafíos planteados por el multiculturalismo y las migraciones, sin olvidar las ideologías que condicionan el testimonio de los bautizados y el ejercicio del ministerio sacerdotal en las sociedades secularizadas”.

“¿Cómo vivir una conversión misionera” en este contexto? En esta búsqueda, responde, “hay cabida para un vasto esfuerzo teológico que debería ofrecer una visión renovada, un sentido de lo esencial, una manera de valorar todas las vocaciones respetando lo que es específico de cada una. Tal visión de la comunión de las vocaciones se enraíza en la comunión de las Personas divinas y busca desplegar una eclesiología trinitaria capaz de dinamizar la Iglesia sinodal y misionera que sueña el Papa Francisco”.

El prelado canadiense ha comentado que la iniciativa del Simposio es “una gran empresa que ha sido cuidadosamente preparada, pero que conlleva un margen de riesgo en las circunstancias actuales de la pandemia. Se trata, pues, de un acto de fe que no habríamos acometido sin una confirmación desde lo alto, además de la urgencia de crear un movimiento vocacional tras las diversas experiencias sinodales de los últimos años”.

“Queremos reunir a delegaciones nacionales y diocesanas de todos los continentes en el aula Pablo VI durante tres días, del 17 al 19 de febrero de 2022, con un intenso programa de conferencias, coronado por un mensaje del Papa Francisco. El programa de la conferencia está disponible para los periodistas y para el público desde hoy. Un sitio web, abierto hace unos días, proporcionará más información a los interesados, facilitando la inscripción de los participantes, así como solicitando contribuciones financieras para apoyar la organización de este gran evento”, ha concluido.

Intervención de Vincent Siret

Reflexionando sobre la formación de los llamados al ministerio sacerdotal en comunión con toda la Iglesia, el profesor Siret ha destacado que “es imprescindible ampliar el ámbito a la dimensión trinitaria, fuente de toda comunión, para que el campo no se limite a la colaboración y a un reparto más reflexivo de las tareas o incluso a la corresponsabilidad, sino que se dirija en primer lugar a la propia fuente trinitaria”.

“La vida bautismal es la vocación humana fundamental y todos deben ejercer el sacerdocio recibido en el bautismo. El ministerio está en este servicio. Podemos esperar, por ejemplo, evitar una decepcionante y contraproducente relación frente a frente entre sacerdotes y laicos y articular esta relación con la presencia y la vida de los religiosos y religiosas, que están en ambos lados”, argumenta.


Del mismo modo, Vicent ha indicado que “la reflexión sobre la teología fundamental del sacerdocio permitirá también abordar las nuevas razones sobre la justificación del celibato sacerdotal y su forma de vivirlo. Es un servicio que se debe a quienes se preparan para recibir el sacramento del Orden, para mostrarles las razones que justifican esa decisión y ese compromiso de vida, y para proponerles, en consecuencia y con coherencia, el modo más adecuado de vivir en fidelidad a este don”.

El camino de la sinodalidad, declara, es “la única posibilidad de escapar del clericalismo eclesial” y “la vocación de todos a entrar en el Reino por la gracia es explícita y única e impide cualquier repliegue en las estructuras eclesiales”. Sólo en la profundidad mística del Misterio sacerdotal, sigue, “puede permitir una salida desde lo alto de las muchas dificultades y riesgos que se encuentran al quedar atrapados en una dimensión mundana, la de una lucha de poder o de una comunicación publicitaria”.

Siret muestra cómo los días del próximo simposio se dividen conforme a los temas tratados: “Cada media jornada está presidida por un cardenal. El 17 de febrero se titula: Tradición y nuevos horizontes. Esta jornada será presidida por la mañana por el cardenal Ouellet y por la tarde por el prefecto de la Congregación para el Clero”.

“Las ponencias del 18 de febrero se agrupan en torno al trío: Trinidad, misión, sacramentalidad. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos presidirá por la mañana y la Congregación para la Educación Católica por la tarde. El sábado 19, la misa será presidida por la mañana por el Secretario de Estado, el cardenal Parolin, en la basílica de San Pedro”, continúa.

Por último, informa de que los trabajos se agruparán en los temas Celibato, Carisma Espiritualidad, “bajo la presidencia de la Congregación para las Causas de los Santos por la mañana y, por la tarde, la del Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. El Papa Francisco enviará a los participantes en misión al final de la tarde”.

Intervención de Michelina Tenace

Cerrando la lista de ponencias, Michelina Tenace ha apuntado que el Simposio “no pretende dar soluciones a los problemas, sino arrojar luz sobre las raíces del sacerdocio para que el árbol vuelva a dar frutos”, y que la urgencia para su reflexión es “el echo de que hoy debamos pensar en el fundamento que une el sacerdocio ministerial con el sacerdocio común de los bautizados”.

“Hoy vemos que en muchas partes del mundo, los obispos y los sacerdotes tienen dificultades para identificar qué cambios son necesarios para que un sacerdote sea realmente un centinela del Reino de Dios, un hombre llamado por Dios a santificar el mundo mediante el don de los sacramentos del Reino”, esclarece.

Los cambios, insiste, “no pueden ser dictados por las presiones culturales, pero tampoco deben excluir que en las cuestiones que empujan hacia el cambio haya una llamada a liberar la fe de las incrustaciones del pasado”.

Respecto a las cuestiones teológicas que se abordarán en el evento, la profesora ha dicho que “uno e los objetivos del Simposio es reflexionar sobre la relación entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común”. Es importante, expresa, “entender por qué un simposio sobre el sacerdocio llevará a hablar sobre el bautismo”.

“Cuando decimos que el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común de los fieles se refieren al único sacerdocio de Cristo, estamos diciendo una verdad muy ardua: estamos diciendo que hay una responsabilidad mutua entre la comunidad de los bautizados y los sacerdotes. La falta de vocaciones sacerdotales significa que la comunidad cristiana se ha empobrecido: no da ni recibe sacerdotes”, desarrolla.

Tenace ha manifestado que la idea directriz del Simposio es “profundizar en la teología del sacerdocio, reafirmar los rasgos esenciales de la tradición católica sobre la identidad del sacerdote, liberándola quizás de una cierta clericalización”, que es “un peligro tanto para los sacerdotes como para los fieles: identifica el sacerdocio con el poder y no con el servicio, el ser un alter Christus en el altar como un privilegio y no como una responsabilidad que concierne a todos los fieles”.

Asimismo, tras definir que la cuestión del celibato debe abordarse desde la perspectiva de la vocación, ha ilustrado que el Simposio “ayudará a comprender que la crisis de la identidad del sacerdote o de las vocaciones no es sólo una crisis que afecta a individuos particulares, sino la transformación continua de toda la Iglesia como cuerpo animado por la savia del Espíritu, un organismo vivo sobre el fundamento de la fe que crea una profunda armonía entre los miembros, la cabeza, las junturas, una comunión que de época en época debe reafirmar una fisonomía adecuada del Reino”.