Como ocurre todos los años, durante el mes de julio, el Papa Francisco toma sus vacaciones y no celebrará audiencias generales con los peregrinos ni audiencias oficiales en el Vaticano, sus intervenciones se limitarán al Ángelus del domingo en la plaza de San Pedro.
Ayer, durante la última audiencia general antes de este parón, el Obispo de Roma deseó “que el periodo estival sea una oportunidad para profundizar en la relación con Dios y seguirle más libremente por el camino de sus mandamientos”.
Durante este mes, el Santo Padre reduce el ritmo de sus actividades, sin viajes y apenas apariciones públicas para dedicarse a otras actividades en el Vaticano. Francisco permanece en la Casa Santa Marta, su lugar de residencia habitual. Excepcionalmente, el Papa ha presidido hoy, 1 de julio de 2021, la Jornada de Reflexión y Oración por el Líbano, bajo el título “El Señor Dios tiene planes de paz. Juntos por el Líbano”, con líderes religiosos cristianos del país.
Permanecer en el “habitat”
Este deseo de permanecer en el Vaticano a lo largo de su descanso estival es algo tradicional en su pontificado. En la rueda de prensa del viaje de vuelta de Corea, en agosto de 2014, el propio Francisco explicó este hecho y habló sobre su descanso: “Siempre me tomo vacaciones –¡de verdad!–,pero en el ‘habitat’: cambio de ritmo. Duermo más, leo lo que me gusta, escucho música, rezo más… Y así descanso. En julio y parte de agosto, he hecho esto y me ha venido bien”.
Se trata de una costumbre que ya practicaba como cardenal en Buenos Aires, Argentina. De hecho, él mismo contó también que “la última vez que salí de vacaciones fuera de Buenos Aires, con la comunidad de jesuitas, fue en 1975”.
Casa Santa Marta y Castel Gandolfo
La Casa Santa Marta es un edificio construido durante el pontificado de san Juan Pablo II entre 1992 y 1996. Hoy se destina al alojamiento de los cardenales cuando se convoca un cónclave, así como para obispos, sacerdotes y laicos que visitan temporalmente el Vaticano.
Así, tras ser elegido como Papa, el cardenal Jorge Bergoglio, en lugar de trasladarse al Palacio Apostólico, decidió quedarse en la casa en la que se hospedó durante el conclave. El motivo, como indicó en 2013 Federico Lombardi, entonces portavoz de la Santa Sede, es que él prefiere esta “forma simple de vivir y la convivencia con otros sacerdotes”.
El Papa Francisco, además de no acudir a la villa de Castel Gandolfo, residencia estiva de los pontífices, decidió abrirla como museo en 2016. Ahora, tras varios cierres por motivo del coronavirus, el edificio puede ser visitado por los turistas de nuevo.