En la audiencia general de esta mañana, segunda después de la pausa de verano durante el mes de julio, el Santo Padre ha explicado que “la Ley, aun siendo de origen divino y teniendo un lugar en la Historia de la Salvación, aun ahora, no da vida por sí misma” y que, quien busca la vida verdadera debe mirar a la promesa, a su realización en Jesús, al encuentro con Él”.
Hoy, 11 de agosto de 2021, el Pontífice ha presidido la audiencia general en el Aula Pablo VI del Palacio Apostólico vaticano, transmitida en directo, con presencia de fieles, adaptándose a las medidas de prevención frente a la COVID-19, y ha continuado con el ciclo de catequesis sobre la carta de san Pablo a los Gálatas, centrándose en él como “La Ley de Moisés”.
Mirar la promesa
Al comienzo del resumen de su catequesis en español, el Papa ha relatado que “hoy san Pablo nos pregunta: ‘¿Por qué la Ley?’. La cuestión nace del intento de algunos discípulos de imponer a los gálatas que observaran un conjunto de preceptos establecidos en los primeros libros de la Escritura, denominados la Ley de Moisés. Esta imposición se justificaba por la identificación de la Ley con la Alianza que Dios había hecho con su pueblo, de modo que sólo el cumplimiento de la Ley aseguraba el favor de Dios”.
“Pablo desmonta esta tesis, que era parcial, afirmando que la Alianza se hizo con Abrahán en base a la fe, y que la Ley vino siglos después”, ha señalado.
Novedad de la vida cristiana
En las peticiones realizadas en su habitual saludo a los peregrinos de lengua española, de España y Latinoamérica, Francisco ha animado “a dejarse guiar por el Espíritu Santo para reconocer la novedad de la vida cristiana, liberándonos de una esclavitud de la Ley, cumpliéndola pero llevándola a plenitud en el precepto del amor y en el encuentro con Jesucristo”.