En el programa «Dale La Vuelta» de Radio María, dedicado a la discapacidad, tuvimos el honor de entrevistar a Isidro Arenas, la voz emblemática de la banda Tennessee. Este grupo fue pionero en traer el doo-wop al español, un género que marcaría a toda una generación con su ritmo nostálgico y sus letras llenas de romanticismo.

Pero más allá de su legado musical, Isidro nos compartió su inspirador testimonio de vida. Nos llevó a su infancia, cuando con solo tres meses de edad contrajo poliomielitis mientras veraneaba con su familia en un pueblo de Badajoz. El médico del lugar desconocía la enfermedad, y solo al llegar a Madrid fue diagnosticado. A partir de ese momento, su hogar durante ocho años fue el Hospital Niño Jesús, donde compartió sala con una veintena de niños afectados por la misma dolencia. Allí no solo luchó contra la enfermedad, sino que también cursó la EGB y empezó a forjar la determinación que lo caracteriza.

Al concluir esta etapa, recibió una beca y tuvo que elegir entre Madrid o Sevilla para continuar su formación. Con su espíritu indomable, decidió trasladarse al sur. Al llegar, se sorprendió al ver a tantos niños con la misma afectación: “Éramos legión, parecíamos los romanos, invencibles”, recordaba con humor y naturalidad.

El Talento por Encima de la Discapacidad

Lo más admirable de Isidro Arenas es que su discapacidad nunca fue protagonista en su vida. Fue su voz, su carisma y su inigualable talento los que lo llevaron al éxito. Sin embargo, no todo fue fácil. Nos compartió cómo, en sus inicios en televisión, le pedían que no apareciera con las muletas en escena: «Que ya apareciese sentado», como si su discapacidad tuviera que ser ocultada. Gracias a Dios, hoy la percepción ha cambiado, y su historia es un ejemplo de cómo la música y el arte pueden romper cualquier barrera.

Durante la entrevista, nos regaló un mensaje lleno de esperanza para todas aquellas personas que enfrentan un diagnóstico difícil:

«Se puede hacer todo en la vida. No de la misma manera, pero se puede. Hay que conocerse, conocer nuestras capacidades e ir a por todas».

Un Legado Musical que Sigue Vivo

Más allá de su ejemplo de superación, Isidro y Tennessee marcaron a generaciones enteras con su música. En lo personal, le agradecí profundamente por la niña que fui y por la madre de nueve niñas que soy hoy. Sus canciones nos hicieron soñar con un amor verdadero y exclusivo, algo tan distinto a las letras actuales del reguetón, que parecen más una “carnicería”.

Tennessee nos enseñó que sí, te pueden querer a ti, solo a ti y siempre a ti.

La entrevista con Isidro Arenas fue un verdadero regalo. Su simpatía, fuerza y alegría quedaron reflejadas en cada palabra, y su historia nos recuerda que, podemos soñar y quedarnos cortos.