Irak: Misa en Erbil, saludo final del Papa

Estadio Franso Hariri de Erbil

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Misa del Papa en Erbil, Irak © Vatican Media

En la tarde de hoy 7 de marzo de 2021, tercer domingo de Cuaresma, en el marco del su 33º viaje apostólico a Irak, el Papa Francisco ha presidido la Santa Misa en el Estadio Franso Hariri de Erbil y ha pronunciado un saludo final.

En él, Francisco ha manifestado: “En estos días vividos junto a ustedes, he escuchado voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo. Y esto es mérito, en gran medida, de esa incansable obra de bien que ha sido posible gracias a las instituciones de cada confesión religiosa, gracias a sus Iglesias locales y a las distintas organizaciones caritativas, que asisten a la gente de este país en la obra de reconstrucción y recuperación social”.

Misa

En su homilía, el Santo Padre ha señalado que “la Iglesia de Irak está viva, que Cristo vive y actúa en este pueblo suyo, santo y fiel”, y que, “con la gracia de Dios, hizo y está haciendo mucho por anunciar esta maravillosa sabiduría de la cruz propagando la misericordia y el perdón de Cristo, especialmente a los más necesitados”.

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También se ha dirigido a los presentes para decirles que “en medio de una gran pobreza y dificultad, muchos de ustedes han ofrecido generosamente una ayuda concreta y solidaridad a los pobres y a los que sufren. Este es uno de los motivos que me han impulsado a venir como peregrino entre ustedes, a agradecerles y confirmarlos en la fe y en el testimonio”.

La oración de los fieles ha sido pronunciada en sourath-caldeo, árabe, kurdo e inglés. Al final de la Eucaristía, monseñor Bashar Matti Warda, arzobispo de Erbil, ha dirigido un mensaje de agradecimiento al Santo Padre por su visita.

Saludo final del Papa

Al final de la Santa Misa, el Papa ha saludado con afecto al catholicos-patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, Mar Gerwargis III: “Junto a él abrazo a los cristianos de las distintas confesiones, muchos de los cuales aquí han derramado su sangre sobre el mismo suelo. Pero nuestros mártires resplandecen juntos, estrellas en el mismo cielo. Desde allí arriba nos piden caminar juntos, sin vacilar, hacia la plenitud de la unidad”.


Acto seguido, ha dedicado también unas palabras a monseñor Bashar y a su comunidad, a Mons. Nizar Semaan, arzobispo de Hadiab-Erbil de los sirios y al resto de obispos, “que lo han preparado y acompañado con la oración y me han acogido con afecto.”. Por último, ha saludado  “al querido pueblo kurdo” y ha agradecido la labor del Gobierno, las autoridades civiles y los voluntarios.

“En estos días vividos junto a ustedes, he escuchado voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo. Y esto es mérito, en gran medida, de esa incansable obra de bien que ha sido posible gracias a las instituciones de cada confesión religiosa, gracias a sus Iglesias locales y a las distintas organizaciones caritativas, que asisten a la gente de este país en la obra de reconstrucción y recuperación social”, compartió el Sucesor de Pedro. “De modo particular, agradezco a los miembros de la ROACO y a los organismos que ellos representan”, añadió.

“Ahora, se acerca el momento de regresar a Roma. Pero Irak permanecerá siempre conmigo, en mi corazón. Les pido a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, que trabajen juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no discrimine ni deje atrás a nadie”, continuó. “Les aseguro mi oración por este amado país. Rezo, de manera especial, para que los miembros de las distintas comunidades religiosas, junto con todos los hombres y las mujeres de buena voluntad, cooperen para estrechar lazos de fraternidad y solidaridad al servicio del bien y de la paz”.

Salam, salam, salam. Shukrán! [Gracias] Que Dios bendiga a todos. Que Dios bendiga a Irak. Allah ma’akum! [Que Dios esté con ustedes]”, se despidió Francisco.

Estadio Franso Hariri de Erbil

Irak Papa Misa ErbilCuando se se construyó en 1956 en el terreno abandonado de un antiguo aeropuerto, podía albergar a 40.000 personas. Hoy, después de su renovación de 1992, ha reducido su capacidad a 28.000 espectadores, siendo el segundo estadio más grande del país.

Situado al sur de Erbil, en el norte de Irak, en el Región Autónoma del Kurdistán iraquí, es un estadio multifuncional, utilizado principalmente para partidos de fútbol y competiciones de atletismo.

En 2009, durante el conflicto armado, fue una de las sedes de la Selección Nacional de Fútbol iraquí. Hasta 2001 se conocía simplemente como Estadio de Erbil, pero, tras el asesinato del gobernador Franso Hariri, que contribuyó a su renovación, pasó a llamarse con el mismo nombre en su honor.