Durante la ceremonia de beatificación de los mártires de Quiché, celebrada el pasado 23 de abril de 2021, en Guatemala, monseñor Francisco Montecillo Padilla, nuncio apostólico, hizo lectura de una carta enviada por el Papa Francisco.
Los “mártires de Quiché” fueron tres sacerdotes españoles, misioneros del Sagrado Corazón de Jesús; José María Gran, Faustino Villanueva y Juan Alonso, junto con siete laicos catequistas; Rosalío Benito, Reyes Us, Domingo del Barrio, Nicolás Castro, Tomás Ramírez, Miguel Tiú y Juan Barrera Méndez (un niño de 12 años), asesinados por “odio a la fe” en el marco de la guerra civil que azotó al país entre 1980 y 1991.
De acuerdo a una nota del Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM, Francisco expresa que, “acogiendo el deseo de nuestro hermano Rosolino Bianchetti Boffelli, obispo de Quiché, así como de otros muchos hermanos en el episcopado y de muchos fieles después de haber recibido el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica” se aprobó esta beatificación.
Testigos de justicia
Por ello, prosigue el Santo Padre, “concedemos que los venerables y siervos de Dios, José María Gran Cirera y dos compañeros sacerdotes, profesos de la congregación de los misioneros del Sagrado Corazón de Jesús así como siete compañeros, fieles laicos, mártires, que animados por la profunda fe en Cristo, único salvador, fueron heroicos testigos de su reino de justicia, de amor y de perdón hasta la efusión de su sangre”.
“De ahora en adelante, sean llamados beatos y que sean celebrados cada año, en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, el 4 de julio”, finalizó.
Ayer, 26 de abril de 2021, durante el rezo del Regina Coeli, el Papa se refirió a la beatificación de estos mártires “asesinados entre 1980 y 1991, tiempo de persecución contra la Iglesia católica comprometida en la defensa de los pobres”. “Animados por la fe en Cristo, fueron heroicos testigos de justicia y de amor. Su ejemplo nos haga más generosos y valientes en el vivir el Evangelio. ¡Y un aplauso para los nuevos beatos!”, añadió.
