Frontera entre Estados Unidos y México: Mensaje de obispos

Desafío que requiere “soluciones humanitarias”

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Banderas de Estados Unidos y México © Facebook. USCCB

Los obispos de las diócesis ubicadas en la frontera entre Estados Unidos y el Norte de México emitieron un comunicado conjunto sobre la situación en esa región fronteriza entre los dos países.

“Como obispos de Estados Unidos y de México en la frontera, diariamente somos testigos del drama que enfrentan nuestras hermanas y hermanos migrantes. Para la mayoría de ellos, la decisión de migrar no está motivada por la indiferencia hacia su patria o la búsqueda de prosperidad económica; es una cuestión de vida o muerte. La situación es aún más difícil para los niños”, se lee en la declaración difundida por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) el 1 de abril de 2021.

Los prelados remarcan que “desafíos como estos requieren soluciones humanitarias” y reconocen que “sin duda, las naciones tienen derecho a mantener sus fronteras”, algo “vital para su soberanía y su autodeterminación”. No obstante, al mismo tiempo consideran que “todas las naciones comparten la responsabilidad de preservar la vida humana y proporcionar una inmigración segura, ordenada y humana, incluido el derecho de asilo”.

Llamado a acoger, proteger e integrar

Por todo ello, renuevan “un llamado a nuestros gobiernos, a los líderes políticos y a la sociedad civil para que trabajen juntos a fin de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes de acuerdo con su dignidad intrínseca, y a trabajar con otros países para eliminar las causas que obligan a una migración peligrosa e irregular, procurando soluciones a largo plazo”.

En este sentido, recuerdan las palabras del Papa Francisco: “El diálogo persistente y corajudo no es noticia como los desencuentros y los conflictos, pero ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de lo que podamos darnos cuenta”.

Atención a los más vulnerables

Por otro lado, los obispos, “conscientes de la importancia de la salud y la seguridad pública”, alientan “políticas respaldadas por razones científicas” y sostienen “que la unidad familiar debe ser un componente vital de cualquier respuesta”. Asimismo, demandan “que se dé especial atención a las poblaciones particularmente vulnerables, como los niños” e insisten “fuertemente” en que “se implementen estructuras y haya reformas en nuestras leyes para promover una cultura acogedora para los migrantes, respetando al mismo tiempo la soberanía y la seguridad en nuestros países”.


Finalmente, el comunicado promete el apoyo continuo de los pastores de ambos países “a los esfuerzos de nuestros respectivos gobiernos para proteger y cuidar a las familias, así como a los individuos, que se sienten obligadas a migrar” y para ello se comprometen “con el trabajo continuo de las organizaciones católicas en la frontera y en otros lugares que son atendidos generosamente por laicos, consagrados y clérigos”.

Obispos firmantes

Por parte de México, firmaron el comunicado: Mons, José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, Chihuahua y encargado de la Dimensión Episcopal de Pastoral de la Movilidad Humana (DEPMH); Mons. Jesús José Herrera Quiñones, obispo de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua; Mons. Alonso Garza Treviño, obispo de Piedras Negras, Coahuila; Mons. Enrique Sánchez Martínez, obispo de Nuevo Laredo, Tamaulipas; Mons. Eugenio Andrés Lira Rugarcía, obispo de Matamoros, Tamaulipas; Mons. Hilario González García, obispo de Saltillo, Coahuila.

Desde Estados Unidos hicieron lo propio: Mons. Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos; Mons. Mark J. Seitz, obispo de El Paso; Mons. James A. Tamayo, obispo de Laredo; Mons. Edward J. Weisenburger, obispo de Tucson; Mons. Daniel E. Flores, obispo de Brownsville; Mons. Peter Baldacchino, obispo de Las Cruces; Mons. Robert W. McElroy, obispo de San Diego; Mons. Michael J. Sis, obispo de San Angelo; Mons. Gustavo García-Siller, arzobispo de San Antonio.