El avión de regreso del viaje pontificio del Papa Francisco a Irak, despegó hoy, 8 de marzo de 2021, desde la capital del país, Bagdad, a las 9:54, hora local (7:54 h. en Roma), informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Esta mañana, tras celebrar la Santa Misa en privado, el Santo Padre se despidió del personal, benefactores y amigos de la Nunciatura Apostólica de Bagdad donde se había hospedado y se trasladó en coche al Aeropuerto Internacional de Bagdad para la ceremonia de despedida de Irak.
A su llegada, Francisco fue recibido por el presidente de la República, Barham Ahmed Salih Qassim, y su esposa en la entrada de la Sala VIP Presidencial, donde tuvo lugar una breve reunión privada. A continuación, tras saludar a las delegaciones, el Santo Padre embarcó en un A330 de Alitalia para regresar a Italia. Se espera que llegue al aeropuerto de Roma-Ciampino a las 12:45 (hora de Roma).
Telegrama al presidente de Irak
Inmediatamente después de su salida en avión de Bagdad, el Papa envió el siguiente mensaje telegráfico al presidente de la República: “Al partir de Irak al concluir mi viaje apostólico, expreso una vez más mi profundo agradecimiento a su excelencia y al amado pueblo de Irak por la cálida acogida y la generosa hospitalidad que me han dispensado durante mi estancia”.
“Con fervientes buenos deseos y oraciones por la paz, la unidad y la prosperidad de la nación, invoco sobre todos las copiosas bendiciones del Dios altísimo”, concluye la misiva.
33º viaje apostólico de Francisco
De este modo, el Pontífice ha finalizado su 33º viaje apostólico internacional, que comenzó el 5 de marzo y en el que ha visitado Bagdad, Nayaf, Nassiriya (Llanura del Ur), Mosul, Erbil y Qaraqosh.
Además de su habitual cita con las autoridades del país, su programa ha incluido un encuentro interreligioso en la Llanura del Ur, otro con el clero y los catequistas en Bagdad, y otro con la comunidad cristiana de Qaraqosh. El Papa también visitó al gran ayatolá Sayyid Ali Al-Husayni Al-Sistani y dirigió un momento de oración por las víctimas de la guerra en Mosul.
En total, el Sucesor de Pedro ha proclamado dos homilías, cuatro discursos y dos saludos. A través de ellos, ha transmitido los distintos mensajes a un país al que llegaba “como peregrino penitente, a implorar al Señor el perdón y la reconciliación tras años de guerra y terrorismo, a pedir a Dios consuelo para los corazones y curación para las heridas”, como “peregrino de paz en busca de la fraternidad” para rezar y caminar junto a los católicos y también a los hermanos de otras “tradiciones religiosas, en el signo del padre Abraham, que une a musulmanes, judíos y cristianos en una sola familia”.
Fraternidad y paz
En su discurso a las autoridades de Irak el Obispo de Roma pidió que Dios “nos conceda caminar juntos, como hermanos y hermanas, con la fuerte convicción de que las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común’”.
En la Llanura del Ur, junto a líderes y fieles de distintas religiones expuso que “la verdadera religiosidad es adorar a Dios y amar al prójimo (…). Desde la tierra de Abraham “afirmamos que Dios es misericordioso y que la ofensa más blasfema es profanar su nombre odiando al hermano. Hostilidad, extremismo y violencia no nacen de un espíritu religioso; son traiciones a la religión”. Y los creyentes “no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión. Es más, nos corresponde a nosotros resolver con claridad los malentendidos”, subrayó.
El Papa Francisco expuso que el camino de la paz pude comenzar “en la renuncia a tener enemigos. (…) “quien cree en Dios, no tiene enemigos que combatir (…)”, “el que sigue los caminos de Dios no puede estar en contra de nadie, sino en favor de todos. No puede justificar ninguna forma de imposición, opresión o prevaricación, no puede actuar de manera agresiva”. Y “depende de nosotros, humanidad de hoy, y sobre todo de nosotros, creyentes de cada religión, transformar los instrumentos de odio en instrumentos de paz”.
Perdón y gratitud
En sus palabras a la comunidad cristiana de Qaraqosh, fuertemente afectada por el terrorismo, Su Santidad resaltó el valor del perdón afirmó que ha encomendado a la Virgen María “el renacer de esta ciudad” y recordó que en este proceso “¡No están solos! Toda la Iglesia está con ustedes, por medio de la oración y la caridad concreta. Y en esta región muchos les han abierto las puertas en los momentos de necesidad”.
También se refirió a la importancia del perdón, pues “es necesario para permanecer en el amor, para permanecer cristianos” y la gratitud, a pesar de las dificultades: “Demos gracias a Dios por sus dones y pidámosle que conceda paz, perdón y fraternidad a esta tierra y a su gente. No nos cansemos de rezar por la conversión de los corazones y por el triunfo de una cultura de la vida, de la reconciliación y del amor fraterno (…)”.
“Iglesia viva” de Irak
En la homilía de la Misa en Erbil, celebrada ayer, el Papa Francisco indicó que la Iglesia en Irak “hizo y está haciendo mucho por anunciar esta maravillosa sabiduría de la cruz propagando la misericordia y el perdón de Cristo, especialmente a los más necesitados”.
“También en medio de una gran pobreza y dificultad, muchos de ustedes han ofrecido generosamente una ayuda concreta y solidaridad a los pobres y a los que sufren. Este es uno de los motivos que me han impulsado a venir como peregrino entre ustedes, a agradecerles y confirmarlos en la fe y en el testimonio. Hoy, puedo ver y sentir que la Iglesia de Irak está viva, que Cristo vive y actúa en este pueblo suyo, santo y fiel”, remarcó.
En su saludo final, el Santo Padre compartió: “En estos días vividos junto a ustedes, he escuchado voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo. Y esto es mérito, en gran medida, de esa incansable obra de bien que ha sido posible gracias a las instituciones de cada confesión religiosa, gracias a sus Iglesias locales y a las distintas organizaciones caritativas, que asisten a la gente de este país en la obra de reconstrucción y recuperación social”.
“Salam, salam, salam. Shukrán! [Gracias] Que Dios bendiga a todos. Que Dios bendiga a Irak. Allah ma’akum! [Que Dios esté con ustedes]”, se despidió Francisco en su última Eucaristía en Irak.
Regalo del Papa a la Nunciatura
El Papa ha regalado a la Nunciatura Apostólica de Bagdad la medalla conmemorativa del viaje. En el fondo, esta presenta un mapa geográfico de Irak, donde el Tigris y el Éufrates fluyen de norte a sur.
A la izquierda, se representa la figura de Abraham caminando, a quien el Señor le ordenó un día que abandonara Ur, su tierra, y se pusiera en camino hacia la tierra que le mostraría. A la derecha hay una palmera con dátiles, símbolo de prosperidad y riqueza material y espiritual. Alrededor de la imagen aparece el texto que identifica el viaje papal y, en la parte inferior, las fechas y el año.