“Esta mañana, antes de la celebración de la Santa Misa de apertura del Sínodo de los Obispos, el Papa ha saludado a la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez Argori, secuestrada en Malí en 2017 y recientemente liberada”, informó el presidente de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
De acuerdo a Vatican News, Gloria Cecilia Narváez, misionera colombiana de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, de 59 años fue liberada. La religiosa, secuestrada el 7 de febrero de 2017, compartió cautiverio en Mali con el el padre Gigi Maccalli, liberado el 8 de octubre de 2020, con un sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas que fue secuestrado en 2018 en Níger, y con otros rehenes occidentales.
La hermana Gloria ha sido liberada exactamente un año después de la liberación del padre Gigi, gracias al trabajo de la unidad de crisis del Ministerio de Asuntos Exteriores e Inteligencia italiano.
Confirmación y gozo del Episcopado colombiano
A través de un video mensaje, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, presidente de la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal de Colombia, confirmó la liberación de la religiosa Gloria Cecilia Narváez.
“Como presidente de la Comisión de Misiones del episcopado colombiano, con inmensa alegría doy el anuncio de la liberación de la hermana Gloria Cecilia Narváez, religiosa de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María inmaculada, hace poco fue liberada allí en Mali África”, afirmó el prelado.
El también obispo de Istmina – Tadó, al manifestar su alegría por la liberación de la hermana Gloria Cecilia, agradeció la gestión realizada por la Santa Sede, la Nunciatura Apostólica de Colombia y la Conferencia Episcopal de Colombia.
“Damos Gloria y bendición a Dios por este momento tan gozoso de la Iglesia universal y de la Iglesia en Colombia”, concluyó el prelado.
El secuestro
De acuerdo al medio vaticano, la monja había sido secuestrada por cuatro hombres armados en la parroquia de Karangasso, en la frontera entre Malí y Burkina Faso, a 400 kilómetros al este de Bamako, donde era misionera desde hacía seis años junto con otras tres religiosas.
Unos meses después de su secuestro, en julio de 2017, surgió un vídeo reivindicado por Al Qaeda. Al mismo tiempo, un mensaje enviado a su hermano a través de la Cruz Roja, dio a conocer que era prisionera de un nuevo grupo. La comunidad cristiana de Bamako organizó varias celebraciones eucarísticas y rezó por ella. En 2020, tres años después del rapto, la Iglesia católica del país, organizó una jornada de oración por su liberación.