Con la cuenta regresiva hacia el Jubileo llegando a su fin, el Papa Francisco ha iniciado un nuevo ciclo de catequesis inspirado específicamente en el Año Santo. Este nuevo ciclo, que se desarrollará a lo largo de todo el Jubileo, tiene como tema central “Jesucristo, nuestra esperanza”.
Dos Evangelios, una historia
Con este nuevo enfoque para las catequesis de las audiencias generales, el Papa describió a Jesús como “la meta de nuestra peregrinación, y Él mismo es el camino, el sendero a seguir”. Este ciclo se dividirá en diferentes partes, comenzando con la infancia de Jesús, inspirado en los Evangelios de Mateo y Lucas.
Reflexionando sobre estos Evangelios, el Papa explicó que “recuerdan las profecías mesiánicas” cumplidas con el nacimiento de Jesús y su linaje a lo largo del Antiguo Testamento. Aunque ambos evangelistas presentan la infancia y niñez de Jesús, hay una diferencia única.
“Lucas relata los eventos desde la perspectiva de María”, describió el Papa Francisco. “Mateo lo hace desde la perspectiva de José, enfatizando una paternidad que es tan única”.
Una prueba de ADN antigua
El Evangelio de Mateo comienza trazando la genealogía de Jesús desde Abraham hasta José y María. Se convierte en una lista de nombres que están “destinados a mostrar la verdad de la historia y la verdad de la vida humana”.
El clímax de la ascendencia de Jesús es su nacimiento, ya que “todo termina y florece en María y Cristo”. Enumerar todos los nombres demuestra la “verdad de la vida humana que pasa de una generación a la siguiente”.
Cada nombre significa un nuevo capítulo. Cada nombre “encapsula una identidad y misión únicas; pertenencia a una familia y a un pueblo; y, finalmente, la adhesión de fe al Dios de Israel”.
Una genealogía especial
Entre los diversos géneros literarios que se encuentran en los Evangelios, la genealogía transmite un mensaje esencial: “Nadie se da vida a sí mismo, sino que la recibe como un don de otros”.
El árbol genealógico de Jesús sigue a las personas y familias que conforman el pueblo elegido de Dios y transmiten la fe de sus padres a la siguiente generación. Sin embargo, la genealogía en el Nuevo Testamento tiene una diferencia notable con las que se encuentran en el Antiguo Testamento. Los nombres de cinco mujeres también están listados: Tamar, Rahab, Rut, Betsabé y María de Nazaret. El Papa Francisco explicó que las primeras cuatro están unidas “no por el hecho de que sean pecadoras… sino por el hecho de que son extranjeras al pueblo de Israel”.
Como escribió el Papa Benedicto XVI, el Evangelio de Mateo destaca que a través de los gentiles, Jesús viene al mundo. “Su misión tanto para judíos como para gentiles se hace visible”.
María: la mujer que se destaca
La última mujer mencionada en la genealogía es María, la madre de Jesús. A diferencia de las cuatro anteriores, no se la menciona “junto al hombre nacido de ellas o al que las engendró”.
El Papa aclaró que esto muestra que “ella marca un nuevo comienzo” porque su historia ilustra que “la criatura humana ya no es quien genera, sino Dios mismo”.
Un nacimiento para todos los pueblos
Cuando se menciona a Jesús, se usa el término «nace». El Papa Francisco reflexionó sobre este término, diciendo que su nacimiento fue destinado tanto para judíos como para no judíos.
Como Jesús es el hijo del rey David, es “injertado por José en esa dinastía y destinado a ser el Mesías de Israel”. Sin embargo, también es hijo de extranjeros, por lo que está “destinado a ser la ‘Luz de los Gentiles’”.
El Papa concluyó llamando a todos a “despertar en nosotros una memoria agradecida hacia nuestros antepasados” y a dar gracias a Dios, “quien, a través de la madre Iglesia, nos ha generado para la vida eterna, la vida de Jesús, nuestra esperanza”.
Flores para la Pequeña Flor
Al comienzo de la Audiencia, el Papa Francisco veneró las reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús ofreciendo un ramo de flores. Conservadas en un relicario dorado, permanecerán en Roma en la Iglesia de la Trinità dei Monti, cerca de la Plaza de España, durante todo el Año Jubilar.