En la audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco ha hablado sobre la aparición de distracciones, sequedad y acedia en la oración, señalando que, “ante todas estas dificultades, no tenemos que desanimarnos, sino seguir rezando con humildad y confianza”.
Hoy, 19 de mayo de 2021, el Santo Padre ha presidido la audiencia general en el patio San Dámaso del Palacio Apostólico vaticano, transmitida en directo, de nuevo con fieles, adaptándose a las medidas de prevención frente a la COVID-19, y ha seguido con el ciclo de catequesis sobre la oración, centrándose en el tema “Distracciones, sequedad, pereza”.
Obstáculos al encuentro con Dios
Al comienzo del resumen en español de su catequesis, el Papa ha abordado “algunas de las dificultades más comunes que pueden surgir en la vida de oración”. La persona que reza, explica, “experimenta con frecuencia la presencia de ciertos obstáculos y ciertas tentaciones que impiden el encuentro con el Señor, y que tiene que identificar y combatir con humildad y perseverancia”.
De este modo, ha enumerado algunos impedimentos que enumera el Catecismo de la Iglesia católica: “Por ejemplo, la distracción, la sequedad y la acedia. Hay otros más, pero menciona estos tres”.
Distracciones
Francisco ha subrayado que “el primer problema que se presenta en la oración son las distracciones. En efecto, todos experimentamos, no sólo en la oración, sino en cualquier actividad que realicemos, que no es fácil concentrarse y estar atentos. Pero en el patrimonio de nuestra fe hay una virtud que puede ayudarnos: La vigilancia”.
“En la oración, cuando caemos en la cuenta de nuestras distracciones, lo que nos ayuda a combatirlas es ofrecer con humildad el corazón al Señor para que lo purifique y lo vuelva a centrar en Él”, añade.
Sequedad y acedia
Otro de los obstáculos relatados por el Pontífice ha sido la sequedad, “que puede depender de nosotros mismos o también de Dios, que permite ciertas situaciones exteriores o interiores. Es el tiempo de la desolación y de la fe más pura, porque se mantiene firme junto a Jesús”.
Por último, ha descrito la acedia, “que está provocada por la pereza, el relajamiento de la ascesis, la falta de vigilancia y la negligencia del corazón”.
Oración con humildad y alegría
En las peticiones realizadas en su habitual saludo a los peregrinos de lengua española, de España y Latinoamérica, echando una mirada al público, el Papa ha recalcado la gran cantidad de colombianos, paraguayos y mexicanos presentes: “¡Hay muchos aquí!”.
Asimismo, ha pedido al Señor que, en estos días de preparación a la solemnidad de Pentecostés, “nos envíe los dones del Espíritu Santo para poder perseverar en nuestra vida de oración con humildad y alegría, superando las dificultades con sabiduría y constancia”.
Tras la bendición apostólica y el rezo del Padrenuestro, el Obispo de Roma se ha acercado a los fieles que han participado de la audiencia para permanecer un largo rato con ellos, saludándoles, charlando y firmándoles autógrafos.