A raíz de lo comentado en las líneas anteriores, les comparto las etapas por las que he pasado como capitán para con mis hijas, con hierros, errores y batallas ganadas:
- Me seguían por miedo: Miedo a la represalia o al castigo no físico obviamente.
- Me seguían por interés: Les resolvía los diferentes problemas que afrontaban.
- Me seguían por respeto: Es mayor, por algo nos dice o aconseja.
- Me siguen por amor: Ha sido un proceso largo. Es más aún seguimos en él, tanto ellas como yo hemos aprendido a dar sin esperar nada a cambio, a estar en las malas, regulares y las buenas cosas que la vida nos va regalando.
Esto que he compartido de mi plano personal y familiar, quisiera les sirva de reflexión a ustedes, para que se pregunten:
¿En mi caso particular, en mi casa, en la oficina, en el club, en la institución donde estoy, por qué me siguen realmente las personas?
Y luego de haberlo meditado profundamente tomen acción y pongan manos a la obra. Les aseguro que se puede dar vuelta a la situación particular en las que nos encontremos. Esto con buena actitud, preparación y ayuda de libros y personas expertas.
Por que el fin es seguir o que te sigan por amor, no importa el campo, en el cual desempeñas tu liderazgo.
Finalmente, les comparto dos frases diferentes, pero convergentes:
- All you need is love (The Beatles 1967)
- Para ser santo, se necesita una sola cosa, Quererlo (San Tomás de Aquino, Siglo XII)
Querido lector, te invito a buscar y querer conscientemente que tus acciones de liderazgo reflejen amor. Te aseguro que nuestro mundo cambiará para bien.
¿Qué dices, estás listo para seguir remando contra corriente?