Venezuela: Comunicado de obispos ante elecciones regionales

Se requiere “una nueva y buena política”

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Los obispos de Venezuela comparten sus consideraciones ante los próximos comicios del 21 de noviembre de 2021, a través de un comunicado de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), titulado “Más allá de las elecciones regionales”.

Los miembros del Episcopado de Venezuela explican en el comunicado, difundido el 17 de noviembre de 2021, que son “conscientes que el tema electoral ha provocado apatía interna en una gran mayoría del pueblo, prepotencia en una minoría, y ha llevado a una fractura de muchas opciones políticas partidistas”. No obstante, afirman, que “lo fundamental es no quedarse en la diatriba y el conflicto, sino encararlos y trabajar por superarlos, en aras de un bien mayor, que es un presente y un futuro más digno del pueblo venezolano”.

“Venezuela está herida”

Los prelados sostienen también que Venezuela como nación “está herida en su estructura humana, social e institucional”, como consecuencia en gran medida “de un modelo político autorreferencial, de vocación totalitaria, y que reiteradamente hemos caracterizado como ‘moralmente inaceptable’ por su irrespeto, internacionalmente reconocido, de los derechos humanos, la destrucción de la estructura productiva y un empobrecimiento inédito de las grandes mayorías por falta de inversión, incentivos, seguridad jurídica y estabilidad financiera”.

Sobre el tema electoral, el texto expone que “no es tanto mirar individualmente qué gano o qué pierdo, sino trascender a lo comunitario para saber qué ganamos o qué perdemos como pueblo en el conjunto de la realidad político-social. El objetivo de un proceso comicial hoy, por tanto, no es solo escoger un grupo de autoridades, sino enviar una señal inequívoca de determinación y compromiso con la refundación de la vida, la libertad, la justicia y la paz de 30 millones de personas”.

Por ello, “compete a cada ciudadano asumir en esta situación, la decisión de participar o no, siendo consciente de que cualquiera que sea, ésta tendrá gran incidencia en el futuro de la comunidad, la región y el país” y que “el bien común, norte de la política, implica un respeto y un diálogo permanente con las comunidades e instituciones sociales, inclusive si piensan distinto o son de un partido diferente al gobernante”.

Nuevos liderazgos sociales

“Uno de los aspectos básicos de este proceso comicial regional y local está en que, ante el grave deterioro de nuestra geografía humana, los gobernadores, alcaldes y ediles que salgan elegidos, asuman la responsabilidad política democrática de fortalecer la integración y no la exclusión, la amistad social y no el revanchismo, la creación de oportunidades y no el cierre de caminos; que tengan la capacidad ética y la idoneidad en el manejo de los presupuestos del estado o del municipio, de tal forma que los recursos lleguen a los destinatarios y no se queden en las trochas perversas de la corrupción y la malversación; que sean capaces de dialogar con todos los sectores de sus comunidades, principalmente con los más pobres y excluidos, para legitimarse por el ejercicio de ser puentes eficaces en la solución de sus problemas”, se lee en el comunicado.


No obstante, los obispos reconocen, que, “lamentablemente y, casi por tradición en nuestro país, al día siguiente de las elecciones todo sigue igual o tiende a empeorar, por eso no se puede seguir en este proceso de deterioro con los mismos esquemas de siempre”. Se deben “superar las descalificaciones mutuas y vergonzosas entre opositores, y exigir una sensatez en la verdad por parte del oficialismo”, pues, “el bien común, norte de la política, implica un respeto y un diálogo permanente con las comunidades e instituciones sociales, inclusive si piensan distinto o son de un partido diferente al gobernante”.

Asimismo, hablan de “la posibilidad y la necesidad de que a través de este proceso comicial emerjan nuevos liderazgos sociales que tendrán que proponer nuevas alternativas al proyecto centralizador del gobierno nacional, pero también buscar caminos de encuentro para el justo desarrollo político, económico y social de las particularidades regionales y locales”. “La hegemonía exclusiva del poder nacional les ha quitado autonomía real, convirtiendo a sus autoridades en simples satélites, puesto que todo se decide desde el centro”, de manera que son necesarios “liderazgos más cercanos a la gente y a la realidad de cada comunidad, volver a la regionalización, para sentir la fuerza local de un pueblo poseedor de identidad particular, cultura y gentilicio, economía propia a partir de sus riquezas naturales”.

“Una nueva y buena política”

Por todo lo anterior, los prelados venezolanos urgen a convocar a todos, “sin exclusión”, a elaborar un “nosotros social inclusivo” que promueva “el desarrollo integral de la nación”. Se requiere “una nueva y buena política donde lo más importante sea el interés por las personas especialmente los más vulnerables, y se logre articular lo nacional con lo regional y local”, agregan.

Además, subrayan que “la simple abstención, sin toma de conciencia y  voluntad transformadora no conduce a generar los cambios necesarios y mucho menos lo logrará un voto ciego que no tome en cuenta el análisis de cada realidad vivida enmarcada en la dramática  situación estructural e institucional de la nación”. “Si queremos que algo cambie”, remarcan, “se requiere salir de la postración cotidiana a través de propuestas concretas y comunitarias que despierten la conciencia ciudadana y movilicen las voluntades para recuperar lo político como lugar de participación, ejercicio de los derechos democráticos y protagonismo cívico”.

Para finalizar, el mensaje expresa que se impone principalmente “redoblar la esperanza humana y cristiana en la dignidad y potencialidad de todos y cada uno de los venezolanos, y en la bondad y misericordia de Dios nuestro Padre”. De este modo, “si cada uno pone lo mejor de sí, construiremos, desde el calor de los hogares, desde la solidaridad de nuestras comunidades y las tradiciones de nuestras regiones, las bases para la deseada reconstrucción nacional a fin de que Venezuela sea la ‘casa común’ de todos: de los que piensan distinto, de los que estamos aquí y de los que están fuera añorando volver”, concluye.