Ayer, 26 de octubre de 2021, Venezuela celebró por primera vez fiesta del beato José Gregorio Hernández, conocido como el “Médico de los Pobres”. Durante la Ceremonia de su Beatificación, el 30 de abril de 2021, se fijó que su memoria litúrgica sería el 26 de octubre, día del nacimiento de este laico venezolano, hace 157 años.
El pasado 4 de junio, el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida y administrador apostólico de Caracas, hizo entrega al Papa Francisco de la reliquia del beato José Gregorio Hernández en representación de los venezolanos.
Modelo de “venezolano posible”
El sacerdote Geraldino Barracchini, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria ubicada en Caracas, donde reposa el cuerpo del beato, ha asegurado que José Gregorio es el modelo de “venezolano posible”, indica una nota de ADN CELAM, sistema informativo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
En el natal Isnotú de este ilustre venezolano, las celebraciones de rigor se realizaron bajo estrictas medidas de bioseguridad debido a la situación sanitaria ocasionada por el coronavirus, aseguró Magdaleno Álvarez, párroco del santuario del Niño Jesús, dedicado a José Gregorio Hernández, donde fieles peregrinan cada año. “Los venezolanos hoy acudimos con especial fervor al “Médico de los Pobres”, beato José Gregorio Hernández, para pedir su intercesión por el bienestar y la salud de nuestro país en tiempos de incertidumbre”, afirmó.
José Gregorio Hernández
De acuerdo a la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), José Gegorio, médico, científico y profesor, laico ejemplar, modelo de virtudes cristianas y hombre con ardor apostólico, nació en Isnotú, en 1864, en el seno de una familia cristiana. De su madre, Hernández y sus hermanos recibieron sus primeras enseñanzas de Catecismo.
El ahora beato se graduó en Medicina a los 23 años, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Sintió inquietud vocacional hacia el sacerdocio, aunque nunca se consagró en el ministerio. No obstante, esto no detuvo su servicio desinteresado a los desfavorecidos desde el ejercicio del laicado y de su profesión, razón por la que comenzó a recibir el nombre de “El Médico de los Pobres”. Asimismo, perseveró en sus principios cristianos toda su vida, con gran amor a la Santa Misa y a la Eucaristía; era un hombre bondadoso, lleno de talentos; tocaba piano, violín, le gustaba bailar, aprendió 7 idiomas y a coser su propia ropa.
Estudió en Europa, en Francia y Alemania, y a su vuelta a Venezuela, se conviertió en profesor de diversas cátedras en la UCV. Apoyó la fundación del Laboratorio de Fisiología Experimental de Caracas e introdujo el microscopio en Venezuela, así como otros instrumentos importantes para el desarrollo de la Medicina. Como doctor, José Gregorio Hernández atendía a todo el que lo necesitara, teniendo especial empatía por los más desfavorecidos que no contaban con los suficientes recursos económicos para su tratamiento. Él les ayudaba desinteresadamente, movido por su vocación de médico, pero, sobre todo, por su misión cristiana, fortalecida en la espiritualidad franciscana.
Entregó su vida al servicio de los demás y a Dios, a quien llegó a ofrecérsela, pidiendo el fin de la I Guerra Mundial, y el 29 de julio de 1919. Al día siguiente de firmarse el tratado de paz de Versalles con el que acabó el mencionado conflicto bélico, José Gregorio Hernández, a la edad de 54 años, fue atropellado por un carro muriendo casi instantáneamente al golpear su cabeza con una acera.
Proceso de beatificación y canonización
La CEV indica que han transcurrido 72 años desde que la causa de beatificación y canonización del Médico de los Pobres fuese iniciada por Mons. Lucas Guillermo Castillo, quien fuera arzobispo de Caracas, en 1949. El 26 de octubre de 2020, tuvo lugar la exhumación de sus restos en la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria en Caracas, con la finalidad de verificar la condición de los mismos, para garantizar la prolongada conservación de su cuerpo y obtener las reliquias de primer grado (osamenta) y segundo grado (vestimentas).
El proceso de canonización del Dr. José Gregorio Hernández, continúa abierto, a la espera de un nuevo milagro por el cual se apruebe el honor de ser llamado Santo.
