Un vínculo especial entre Cataluña y Roma

La fiesta de la Dedicación de la iglesia «madre de todas las iglesias del mundo», sede de la Cátedra del Obispo de Roma, se celebró el miércoles por la tarde en la Basílica de San Juan de Letrán. La celebración, presidida por el Cardenal Vicario de Su Santidad, Angelo De Donatis, que celebraba el séptimo aniversario de su ordenación episcopal, estuvo precedida por la actuación del Cor Cererols, gracias a la colaboración de la Delegación en Italia de la Generalitat de Cataluña y del Monasterio de Montserrat. El coro catalán interpretó el concierto ‘Ad Completorium‘ de Joan Cererols, un monje de Montserrat que vivió en el siglo XVII.

Homenaje desde Cataluña

Durante la celebración eucarística, el coro interpretó a continuación la misa «Locus Iste«, compuesta para la ocasión por el padre Jordi Piqué, monje de Montserrat y decano del Pontificio Instituto Litúrgico S. Anselmo.

Como explicó el propio Padre Piqué, el concierto fue «una oración litúrgica para introducir la celebración, en la forma típica del barroco catalán». Algunos de los coristas se formaron en la escuela de Montserrat y la actuación fue especialmente apreciada por los fieles presentes.

Concelebraron los cardenales Lorenzo Baldisseri, ex secretario general del Sínodo de los Obispos, y Enrico Feroci; los obispos auxiliares de Roma junto con algunos auxiliares eméritos; el abad de Montserrat, padre Manel Gasch, el padre Piqué y una representación de sacerdotes que celebraban su décimo, vigésimo quinto o quincuagésimo aniversario de ordenación. Entre estos últimos se encontraba también el obispo auxiliar emérito Mons. Selvadagi.

De Donatis: «Dios se acerca al pueblo en la oración»

«Celebramos la belleza de la Iglesia como esposa del Cordero», dijo el cardenal De Donatis en su homilía, recordando que «cuando nos reunimos para rezar, el Señor viene a habitar entre nosotros. Esto es particularmente cierto para este lugar» donde «los cristianos de Roma se reúnen, superando la desconfianza y el particularismo».

«Lo que atrae al Señor -añadió el vicario del Papa- no es la belleza de la iglesia, sino ver a su pueblo en oración». Por el contrario, quienes pretenden «formar élites» se excluyen «de la comunión eclesial, de la vida de Dios».

Con el tiempo, el pueblo de Dios lleva «a término una obra que podríamos llamar en curso, una obra de construcción cuyos cimientos son Jesús». Los apóstoles, representados aquí en las estatuas de la Basílica, son los santos arquitectos que construyeron la Iglesia fundada sobre la piedra angular que es el Señor». Y por eso «el Papa, el cardenal vicario, los obispos deben estar atentos» para que «los cimientos se pongan sin ambigüedad». Es decir, deben estar en guardia contra «el deseo de imponerse y la lógica mercantil que reaparece continuamente».

Mirar al otro sin escucharlo es idolatría

No es sólo «avaricia insaciable» sino también «idolatría en la relación entre las personas: mirar al otro sin escuchar nunca su voz, su historia, su vida». Refiriéndose al episodio en el que Jesús expulsa a los mercaderes del templo, De Donatis les instó a alejarse del «dios del beneficio, del negocio y de la propia ganancia a costa de los más pobres» que hacen de la casa de Dios «un espacio para el mercado, no para la oración». En el episodio del templo, la «vocación» de Israel de ser una luz para todos los pueblos es «superada por la lógica de la primacía del beneficio».

Cuando ‘el extranjero es despreciado, el pagano no tiene derecho a orar, el pobre no puede entrar porque ni siquiera puede comprar palomas, el discapacitado es considerado maldito, el publicano y la prostituta son rechazados porque son impuros, destruyes el templo de Dios que eres tú’.

De Donatis recordó también a los sacerdotes que renovaron sus promesas sacerdotales («con vuestras vidas nos habéis enseñado a elevar las manos al Cielo con la oración») y a los trabajadores de la caridad («signo de la gratuidad divina que no excluye a nadie»), a quienes se les entregó el mandato. Concluyó recordando que «la Iglesia es una casa de oración para todos».

Vínculo especial con Montserrat y Cataluña

Tras la celebración, el cardenal vicario se reunió con el padre Piqué, el abad de Montserrat, el coro, dirigido por el maestro Marc Díaz Callao, el maestro Christian Alejando Almada, organista de la basílica de San Pablo Extramuros, y el delegado en Italia de la Generalitat de Cataluña, Luca Bellizzi. El cardenal entregó al padre Piqué una reproducción de la cruz de San Juan, destacando «el especial vínculo que une ahora al Vicariato con Montserrat».

«Fue realmente emocionante y un gran honor para nosotros poder contribuir al éxito de este evento, tanto por el gran valor cultural del concierto como por el alto significado espiritual del encuentro. Como señaló el Cardenal De Donatis, fue una oportunidad para establecer un nuevo y profundo vínculo entre el Vicariato y Montserrat, para reforzar los lazos de amistad entre Roma y Cataluña», dijo Bellizzi.