Esta mañana los obispos españoles han presentado a los periodistas los trabajos realizados durante la Asamblea Plenaria extraordinaria que celebraron ayer, 30 de octubre, para analizar el informe del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.
Se trata de la cuarta Asamblea Plenaria extraordinaria que realiza la Conferencia Episcopal española en la historia, y en la que han participado un total de 88 obispos, 31 obispos de manera presencial y 57 por videoconferencia. El presidente, el Cardenal Juan José Omella, junto al secretario general, Mons. Francisco César García Magán, han informado esta mañana de los dos puntos clave que han analizado: el estudio y valoración del informe presentado por el Defensor del Pueblo el pasado 27 de octubre, así como el estudio de la solicitud del Despacho Cremades & Calvo Sotelo para ampliar el plazo de entrega de los trabajos que viene realizando por encargo de la Conferencia Episcopal Española.
Los obispos han manifestado su dolor por el daño causado por algunos miembros de la Iglesia con los abusos sexuales y han reiterado su petición de perdón a las víctimas. También han manifestado el deseo de trabajar conjuntamente en la reparación integral de las víctimas y profundizar en los caminos para su protección, su acompañamiento y la prevención de los abusos. No obstante, a la CEE le sorprende la extrapolación que se hace de los datos obtenidos en una encuesta adjunta al informe. “No corresponden a la verdad ni representan al conjunto de sacerdotes y religiosos que trabajan lealmente y con entrega de su vida al servicio del Reino», se puede leer en un comunicado difundido por la Conferencia Episcopal Española.
Son varios los periodistas que, durante la rueda de prensa han insistido en la cifra de número de víctimas afectadas, ante esto, el presidente de la CEE ha asegurado que no se metería más en el tema de las cifras porque a ellos lo que les importa “son las víctimas” y aseguran que van a trabajar por responder a esa reparación y a ese acompañamiento: “En cuanto a la reparación hay voluntad por parte de todos” ha asegurado.
Informe del Defensor del Pueblo
La CEE explica que los obispos «han realizado una primera aproximación» a la investigación sobre los abusos sexuales a menores en la Iglesia realizado por el Defensor del Pueblo y aseguran que se unen a la petición del Defensor del Pueblo que urge al Estado a poner en marcha las recomendaciones que el informe realiza a sus distintas instituciones, para asumir su responsabilidad en la tarea conjunta de poner fin a esta lacra que afecta a toda la sociedad, como señala el mismo informe. “Dejar de tener en cuenta la magnitud del problema y su dimensión mayoritariamente extraeclesial, supone no afrontar las causas del problema y perpetuarlo en el tiempo” aseguran.
Un problema que va más allá de la Iglesia
Junto a la responsabilidad de la Iglesia en la cuestión de los abusos, el estudio del Defensor del Pueblo presenta una visión general del problema que va más allá de la Iglesia: los abusos sexuales a menores son un problema social al que todas las instituciones públicas y privadas tiene el deber de dar respuesta. “Un solo caso de abusos es intolerable” han afirmado los obispos a la vez que han expresado su compromiso a erradicar los abusos sexuales en la infancia no solo en la Iglesia sino en toda la sociedad.
Es injusto sospechar de todos los sacerdotes y religiosos
Durante la rueda de prensa de esta mañana, algunos periodistas han hecho una “estimación promedio” del número de víctimas sexuales que correspondería a cada miembro de la Iglesia española (incluyendo a todos, sin exclusión) ante lo que el secretario de la CEE, Mons. Francisco César García Magán, se ha visto obligado a aclarar que “es injusto, falso y no de justicia extender una sombra de oscuridad y de sospecha a todos los sacerdotes y a todos los consagrados”, y ha explicado que “la inmensa mayoría de nuestros sacerdotes y religiosos están trabajando fielmente y abnegadamente, atendiendo al pueblo de Dios, tanto en las parroquias y comunidades, como en zonas de esa España vaciada, en el ámbito rural, prestando un servicio espiritual y de acompañamiento, porque hablamos de acompañar, soledades y población anciana y ahí tenemos a tantos sacerdotes trabajando con jornadas de trabajo heroicas”.