El superior general de la congregación de los frailes albertinos, Hno. Franciszek Grzelka, originario de Polonia, ha visitado recientemente con un cargamento de suministros de ayuda a sus hermanos de Zaporiyia, en el sur de Ucrania. Allí, los albertinos gestionan un comedor social y una panadería, así como un albergue para personas sin hogar. Durante su visita, fue testigo de un ataque con misiles cerca de la casa de los frailes.
En una conversación con la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Grzelka informó: “La última noche de nuestra visita presenciamos fuego directo de misiles. Entre las dos y las tres de la madrugada se produjeron unas diez explosiones en el barrio donde se encuentra nuestra casa, algunas atronadoras. Las ventanas y paredes de nuestra casa temblaron. Más tarde, supimos que un edificio de siete plantas situado en las inmediaciones fue destruido. Más de una docena de civiles murieron y hubo unos cincuenta heridos”.
Según explicó el superior general, ese no fue el único ataque: “Hubo varias alarmas antiaéreas durante el día y la noche, pero no oímos ninguna explosión en la zona de nuestro monasterio. Mis compañeros me informaron de que en los días previos a mi llegada había sido bombardeado con misiles y drones el otro lado de la ciudad, donde se encuentra su comedor social. El Hno. Euzebiusz nos dijo que los ataques se producían sobre todo por la noche, pero que también se producían explosiones en las inmediaciones de donde servían la comida, hacia las 10 de la mañana. Afortunadamente, ninguno de los necesitados que acuden a comer resultó herido”.
Según Grzelka, a la distribución de suministros de ayuda en el centro de la ciudad, a la que asistió durante su visita, suelen acudir con regularidad unas 1.300 personas. La mayoría son mujeres con sus hijos, pero también acuden muchos hombres. El fraile explicó a ACN: “La distribución fue pacífica. Algunos de los necesitados eran personas sin hogar que acuden a nosotros desde hace años, otros son personas que necesitan ayuda caritativa a causa de la guerra, ya que los precios de las tiendas han subido mucho y hay poco trabajo”. Además, dijo, hay en Zaporiyia un numeroso grupo de desplazados provenientes de las zonas del sur de Ucrania ocupadas por las tropas rusas. “Los rusos están a unos 50 km de la ciudad desde principios de marzo; por tanto, el frente está cerca, pero la ciudad está en manos ucranianas. El 80% de la provincia de Zaporiyia está ocupado, también allí ha celebrado Putin referendos ficticios para incorporarla ‘sobre el papel’ a la Federación Rusa. Desde entonces, los ataques con misiles contra la ciudad han aumentado considerablemente”.
ACN lleva años apoyando la labor de los frailes albertinos en Ucrania, por ejemplo, mediante estipendios de misa y ayudas al sustento, con la financiación de vehículos y la renovación de sus casas.
Según informó Grzelka, la congregación de los albertinos, originaria de Polonia, viene organizando desde el comienzo de la guerra transportes de alimentos y otros bienes necesarios como generadores y suministros médicos para sus centros en Ucrania. “Realizamos transportes una vez al mes con dos camiones pequeños. Desde el comienzo de la guerra, el número de personas necesitadas ha aumentado mucho: antes, unas 150 personas utilizaban nuestros servicios, mientras que en mayo, ya eran 700 las personas que acudían a nuestro comedor y a la panadería. Cuando el número aumentó a más de 1.000 personas, las autoridades municipales decidieron que la zona que rodeaba el comedor social era un lugar demasiado peligroso para un grupo tan grande, por lo que nos asignaron un nuevo lugar para servir la comida. Allí, nuestros hermanos empezaron a distribuir pan y alimentos como, por ejemplo, latas de conserva para los sin techo y otros alimentos para los que tienen un hogar y pueden preparar sus propias comidas en casa”.
A la pregunta acerca de su valoración de la situación actual, Grzelka subrayó: “Como albertinos, no nos centramos en análisis políticos o militares. Nosotros rezamos por la victoria de Ucrania, por la conversión del agresor y por la paz en este atormentado país. Mientras sea posible, queremos permanecer cerca de la gente y actuar de acuerdo con nuestro carisma para ayudar a los necesitados, que en este momento son muchos. Estamos muy agradecidos a todos los que apoyan nuestra labor tanto en Zaporiyia como en Lviv”.
La congregación de los Frailes Albertinos es una pequeña congregación polaca fundada en 1888 por san Alberto Chmielowski y perteneciente a la familia religiosa franciscana. Actualmente, cuentan con 34 frailes en un total de seis casas en Polonia y Ucrania, y su casa madre está sita en Cracovia, Polonia. En Ucrania, la congregación está presente en Lviv y Zaporiyia. El carisma de los albertinos es servir a los pobres y, especialmente, a los sin techo, se hace especial hincapié en la atención pastoral a estas personas sin hogar. Así, a los hombres de los centros de acogida se les enseña a vivir según el Evangelio: rezan juntos, asisten a la santa misa y se esfuerzan por poner en orden sus vidas. Según los frailes, suele tratarse de hombres abandonados por sus familias que han perdido el control sobre sus vidas. El objetivo es ayudarles a “volver a encontrar un sentido a sus vidas”.