Último día de voluntariado en casa de las Sisters: ya se va acabando Tabora. Dejamos las últimas capas de pintura terminadas para que aquello que nos han pedido quede perfecto. Ahora el azul brilla más fuerte y el hogar es mucho más colorido, menos mal que hemos podido contribuir en algo que realmente necesitaban.
En este día hemos podido presenciar algo único con las misioneras de la caridad, algo que remueve si te paras a analizarlo. Se trata de una procesión que realizan cada sábado para proteger el lugar. Comenzando en el patio de la entrada, ahí nos unimos los voluntarios con tanzanos de todas las edades y, capitaneados por las Sisters, comenzamos a rezar el Rosario en suajili. Niños, niñas, personas mayores, enfermos, mujeres, hombres; todos íbamos en un mismo grupo caminando por cada sala que conformaba el hogar mientras seguíamos con la oración. Es ahí donde hay que parar a analizar. Porque en ese momento no importaba el tipo de enfermedad que tuviera cada uno, todo el mundo entendía la oración de una manera plenamente consciente. Personas que necesitan ayuda para comer y andar fueron totalmente capaces física y mentalmente de rezar como todos nosotros. Es como si por un momento escucharan de verdad. Lo único que se respiraba era paz.
Un rato más jugando con los niños, acabando con la pintura, Javi pidiéndole a Rafa V. canciones bonitas para casarse con él y Bea ganándole la partida a Jaime. La venganza se sirve con pintura en el champú. A continuación momento cena. Según pasan los días las conversaciones son más reales, aparecen en ellas las personas que tenemos en España y con ello nuevos protagonistas. En el debate de ayer: Javas sí o no. Yo digo sí.
Para terminar el día Nat nos habló sobre el sentido del sufrimiento. Sobre cómo tenemos que aprovechar momentos de debilidad para encontrar lo que nos da vida y seguir ese camino. Sobre cómo las cosas por las que nos merece la pena vivir son las mismas por las que también nos merece la pena sufrir. De que no hay que tener miedo al dolor porque no hay amor sin sufrimiento.
Es este sufrimiento el que existe en los enfermos que cuidan las Sisters y el que es invisible a nuestros ojos por todo el amor y alegría que se deposita en ellos. Diariamente. Amor que espero que se quede en nosotros cuando estemos de vuelta, amor que nos hace valorar cada día aquí. El voluntariado nos lo hacen ellos a nosotros.
Santi M. me dijo antes de venir que Tabora te abre el corazón. Yo creo que también te lo cura.
Gracias padres por hacernos este regalo. Nos acordamos de vosotros todos los días.
Estela L. F.