“¡A despertarseeee, nos estamos yendoooo! “- el grito de guerra de Larra todas las mañanas.
Ha comenzado un nuevo día, no obstante, no es un día cualquiera pues la sisters nos tienen preparada una excursión.
Pero, antes de ello, hemos acudido con la ilusión de todas las mañanas a casa de las sisters para hacer nuestras respectivas tareas las cuales han derivado en una guerra de pintura azul.
Con dos rayas en cada mejilla y una huella de pitufo en la camiseta, Don Iñigo, Tere y yo, creamos un nueva tribu africana: LOS MUSUNGULUS… y mira que es difícil con la cantidad de grupos que hay!
Tras duras y no tan rápidas limpiezas con queroseno nos quitamos el menjunje de la cara y nos fuimos corriendo a los “sistermóviles “ dirigiéndonos a la que sería nuestra primera excursión en Tanzania.
Tras risas, canciones, mareos y muchas escaleras, por fin llegamos a nuestro destino: un precioso santuario en construcción dedicado a la Madre Teresa de Calcuta donde nos estaba esperando el Obispo con una gran sonrisa. Estaba impaciente por saludarnos y conocernos.
Tras ver el santuario, sister Daty nos guio hasta llegar a un gruta dedicada a la Virgen de la Milagrosa.
En dicha gruta, la sister, nos enseñó a través de un simple papel y lápiz a ver el rostro de Jesús en todos y cada uno de nosotros y a aprender a perdonar a las personas que nos han ofendido a lo largo de nuestra vida.
Es increíble ver como ellas entienden la vida y lo fácil que parece el querer al otro con sus defectos, dificultades inseguridades, independientemente de su condición u origen. Del día aprendí que Dios está en todos y cada uno de nosotros. También me quedo con una reflexión sobre que cada uno debe aprender a rezar cada día y cultivar la relación con Dios.
Tras la excursión las sorpresas seguían pues a las siete y media me tocó dar un sermón sobre las personas vitamina en el que expliqué cómo ellas son fuente de luz en momentos de oscuridad y hacen que nos ayudemos los unos a los otros. El mensaje quedó bien claro cuando empezamos a jugar a papelitos, (juego consistente en adivinar palabras a través de descripciones, mímica y sonidos). Nos dividimos en dos equipos, chicas contra chicos y una apuesta en juego consistente en recoger los platos del equipo ganador durante tres días.
Sillas tiradas por el suelo, gritos a voltios incalculables, discusiones sobre el lexema de euxoforia y euforia (las niñas en cambio, pusieron en práctica lo aprendido pues mostraron una actitud propia de persona vitamina) que grandes somos y encima ganadoras!
El día acabó con un trasnoche de reflexiones nocturnas con Tere y Nat en donde hablamos sobre lo que estamos aprendiendo aquí y como nos gustaría llevárnoslo con nosotras a la vida de Madrid, que es tan diferente. Muchas veces pensamos que venimos aquí a ayudar y, efectivamente, así es, les hacemos compañía, sacamos sonrisas sinceras, limpiamos, pintamos. Pero no tiene nada que ver lo poco que damos nosotros con lo mucho que nos llevamos de ellos. Esperamos quedarnos la forma de vivir de las sisters siempre en nuestro corazón. Nunca habríamos pensado lo mucho que nos ayudaría este voluntariado a nosotras.
Muchas gracias padres.
Un abrazo
Os quiero mucho,
Almu D. C.