La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), tras reconocer el trabajo realizado en el proyecto #BeCaT (https://becat.online) acaba de poner en marcha un título propio denominado “Curso Universitario en Didáctica de la Catequesis”, con un plan de estudios sencillo que alcanza el valor de 12 ECTS -unas 300 horas de dedicación–, siguiendo un ritmo muy asequible (12 a 15 horas mensuales) y con un coste simbólico (10 € por asignatura en España, 5 € en Latinoamérica). Las materias son independientes y se ofrece la opción de hacer una, varias o todas.
Es una novedad interesante porque, a pesar de la importancia que la Iglesia da a la labor de catequesis, la realidad es que son pocas las acciones formativas sistematizadas y reconocidas dirigidas a los catequistas. Esta situación contrasta con lo que se afirma en el Directorio para la Catequesis sobre las necesidades formativas de los catequistas. Además de un “ser y saber estar con madurez humana, cristiana y conciencia misionera”, el documento magisterial menciona una amplia relación de materias que se refieren:
- Al estudio: Historia de la salvación, Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, Historia de la Iglesia, Símbolo de la fe, Liturgia y sacramentos, vida moral, oración, etc.
- A la formación pedagógica y metodológica, como educador y comunicador, necesaria para adquirir una serie de competencias y actitudes.
Dignificar la figura del catequista
Iniciativas como esta no se ven todos los días. Y menos cuando vienen avaladas por una trayectoria sobresaliente – 11.000 certificados de cursos obtenidos en los tres últimos años, con participantes de 23 países, … – y por una universidad con reputación de excelencia en la formación online como es la UNIR.
El planteamiento del proyecto, según sus responsables, es el de ofrecer un servicio a la familia cristiana y a la sociedad mediante la dignificación de la figura del catequista, de quien se espera mucho y a quien, por tanto, hay que darle también mucho.
Una oportunidad que conviene aprovechar
¿Habrá otras instituciones que pongan en marcha iniciativas similares? Posiblemente, pero es difícil alcanzar una equiparación con lo que aquí se ve: experiencia, riqueza de recursos multimedia, excelentes índices de satisfacción, acompañamiento, carencia de ánimo de lucro … y, lo que más llama la atención, disponibilidad para establecer acuerdos de colaboración con las autoridades eclesiásticas e instituciones que prestan un servicio a familias cristianas.
No son sólo los catequistas los que necesitan formación, evidentemente. Todo cristiano debería poner los medios para profundizar en cuestiones de fe, y a eso también se dirige #BeCaT a través de otras instituciones que ayudan, como la Fundación Familia y Fe (https://familiayfe.org). Ojalá contemos con propuestas similares en el futuro; pero, ya que esta esta opción está abierta “en el presente”, convendría apoyarla, difundirla y obtener de ella todo el beneficio posible.
El católico de a pie necesita este tipo de ayuda, asequible a todos, con la misma calidad -por lo menos- que se pide en el ámbito profesional. Seamos listos, tengamos apertura de mente y conciencia de que se trata de una tarea urgente: no hay peor enemigo de la fe que la ignorancia y no hay mejor amigo de la evangelización que la formación de buenos cristianos. En el fondo, esa es la tarea de la auténtica catequesis. ¿No deberíamos sentirnos todos interpelados por este reto?