30 abril, 2025

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Timothy Schmalz, el escultor del Papa

A lo largo del pontificado de Francisco, el escultor canadiense ha creado una poderosa serie de obras de arte públicas que encarnan visualmente muchos de los mensajes fundamentales del Papa: compasión, inclusión y cuidado de los más vulnerables

Timothy Schmalz, el escultor del Papa

En una fusión única de arte y compromiso social, el escultor canadiense Timothy Schmalz, de 55 años de edad, se ha convertido en una voz artística del mensaje social y espiritual del Papa Francisco. Durante la última década, sus esculturas monumentales en bronce no solo han encontrado hogar en grandes ciudades del mundo, sino también en iglesias históricas de Roma e incluso en el corazón mismo del Vaticano. Muchas de ellas han sido bendecidas por el Papa y sirven como homilías visuales sobre temas centrales de su pontificado: misericordia, dignidad humana y solidaridad con los marginados.

“Estoy dedicado a crear obras de arte que glorifiquen a Cristo. La razón de esta devoción, además de mis creencias cristianas, es que un artista necesita un tema épico para crear arte épico. Describo mis esculturas como oraciones visuales. Cuando creo una escultura tridimensional en bronce, soy muy consciente de que durará más que yo. Me doy cuenta de que estoy entre dos cosas mucho más duraderas que yo: el cristianismo y el metal de bronce. Es entre estas dos donde he desarrollado una sutil apreciación por lo que San Francisco quiso decir con el concepto de instrumento”, declara Timothy. Tras el fallecimiento de Francisco, Schmalz puede ofrecer al público una perspectiva única sobre el legado del Papa a través del lente del arte sagrado. La mayoría de su obra gira en torno a temas espirituales, con un amplio repertorio de esculturas como Homeless Jesus (2016), Angels Unawares (2019), Sheltering (2022), Mary Untier of Knots (2022), Let the Oppressed Go Free (2023) y Be Welcoming (2025), y cada una de ellas captura el espíritu del llamado del Papa Francisco a construir una “Iglesia para los pobres”.

La relación de Schmalz con el Papa comenzó en 2016 con la presentación de Homeless Jesus, una escultura de tamaño real que representa a Cristo como un hombre sin hogar acostado en un banco, cuya identidad se revela sólo por las marcas de los clavos en sus pies. La obra conmovió profundamente al Papa Francisco, quien ha hecho del apoyo a los pobres y sin techo una piedra angular de su ministerio. El Vaticano aprobó pronto su instalación cerca de la Limosnería Apostólica, y desde entonces ha sido replicada en decenas de países, desde Estados Unidos hasta Irlanda y Sudáfrica.

Esta escultura captó la atención mundial y selló el inicio de la relación entre ambos. “Conocí al Papa Francisco cuando bendijo mi escultura pequeña de Homeless Jesus. Fue un momento muy simbólico porque extendió la mano y dijo una oración —al tocar la rodilla del Jesús sin hogar— y creo que, en cierto sentido, eso es lo que estaba haciendo en el mundo: extendiéndose hacia los marginados, hacia los invisibles, y bendiciéndolos”, afirma Timothy.

 

Su colaboración se profundizó con Angels Unawares (2019), un monumento de bronce de seis metros instalado en la Plaza de San Pedro —un honor excepcional, ya que se trata de la primera escultura que se instala en la plaza en más de cuatrocientos años. Inspirada en el versículo bíblico Hebreos 13:2 («No se olviden de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles»), la pieza muestra a un grupo denso de 140 migrantes y refugiados de distintas épocas y culturas, apiñados en una barca. En el centro de la obra, sólo se distinguen las alas de un ángel, cuya figura está casi completamente oculta por los demás migrantes. Esto sugiere que lo divino está presente en todos ellos y que el acto de migrar, a lo largo de la historia, siempre ha estado vinculado a lo espiritual.

La inauguración, presidida personalmente por el Papa Francisco, tuvo lugar el 29 de septiembre de 2019, coincidiendo con la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (JMMR) del Vaticano, lo que refuerza el compromiso de la Iglesia con la justicia migratoria. El Papa Francisco celebró una misa especial en la Plaza de San Pedro. Tras la celebración de la misa y el rezo del Ángelus, inauguró la escultura, un poderoso homenaje visual a la difícil situación y la dignidad de los migrantes y refugiados a lo largo del tiempo.

Al igual que con sus obras más significativas, Tim ha sido inspirado por el Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, a crear obras que estuvieran cerca del corazón del Santo Padre y dieran mayor visibilidad a sus preocupaciones. “Trabajando en mi estudio, era un soldado artístico del Papa Francisco, y tenía la sensación de que él estaba justo detrás de mí observando mientras esculpía”.

En 2022, Schmalz presentó Sheltering, que muestra a una figura de tamaño real siendo cubierta delicadamente con una sábana por una paloma, símbolo del Espíritu Santo. La obra se inspiró en Isaías 58, que nos llama a cumplir con el deber espiritual de vestir al desnudo. Ese mismo año fue bendecida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro.

También en el año 2022, Schmalz dio a conocer Mary, Untier of Knots (Alberta, Canadá) que fue bendecida por el Papa como regalo a los pueblos indígenas. El artista también honró la devoción del Papa por la dignidad humana con Let the Oppressed Go Free (2023), que aborda la crisis de la trata de personas. Instalada en la en la ciudad italiana de Schio, esta impactante escultura representa figuras encadenadas siendo liberadas por Santa Bakhita, simbolizando tanto el dolor de la esclavitud moderna como la esperanza de la liberación. Fue diseñada para coincidir con la Jornada Internacional de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, iniciativa fuertemente respaldada por el Papa.

Los espectadores pueden no saber que Bakhita fue esclavizada en Sudán, vendida a una familia italiana, liberada, y luego se convirtió en religiosa canosiana y en santa, una gran patrona de la liberación, muy bien representada en esta obra. El Cardenal Czerny considera que el trabajo artístico de Tim puede servir como instrumento de evangelización. “Sus obras encarnan, tocan significados profundos. Si uno se fija, por ejemplo, en la escultura de Santa Bakhita de Let the Oppressed Go Free, se puede ver cómo ella abre una tapa de alcantarilla, dejando salir a los prisioneros. Si uno se acerca y ve los rostros de las personas liberadas y también su rostro, se nota que su posición es esencial pero modesta. No está en el centro de la escultura. Es una representación muy gráfica del papel de la Iglesia en todo proceso de liberación: no liderando, sino ayudando a que ocurra.”

En tiempo aún más reciente, el pasado 15 de abril la estatua Be Welcoming (2025) se ha instalado en la Plaza de San Pedro, cerca de las Duchas para los Pobres y de la Clínica Madre de la Misericordia bajo la columnata. Representa a un hombre sentado en un banco, aparentemente sin hogar, que lleva solo dos pertenencias: una mochila llena colgada al hombro y un bastón en la mano. La escultura celebra la hospitalidad y enfatiza el imperativo moral y teológico de acoger al forastero, en sintonía con los frecuentes llamados del Papa Francisco a favor de la inclusión y la fraternidad global hacia los migrantes. Tal como revela el artista: “Esta fue la última escultura que el Papa Francisco aprobó para ser instalada permanentemente en el Vaticano. Me recuerda a algo que el Papa Francisco dijo una vez en una de sus exhortaciones: ‘Prediquen en todo lugar, y si es necesario, incluso háganlo  con palabras’. Aquí, el Papa Francisco está usando una obra de arte para celebrar las acciones que se están llevando a cabo para ayudar a las personas sin hogar reales de la Plaza de San Pedro.”

Tim Schmalz describe su colaboración con el Papa como una alianza artística cimentada en valores compartidos. Para él, trabajar con el Papa ha sido una experiencia humilde e inspiradora. “El arte —dice— es una de las herramientas más poderosas para transmitir la verdad moral. Con el Papa Francisco, esa verdad es simple pero radical: todos importan.” Sus esculturas —realistas y profundamente simbólicas— invitan al espectador a reflexionar no solo sobre las enseñanzas cristianas, sino también sobre su responsabilidad cívica hacia los demás. Schmalz también destaca el valor de que los fieles puedan tocar la escultura y en cierto sentido tocar las Escrituras con sus propias manos. El brillo en la mano de un migrante africano en bronce, desgastado por las caricias de los peregrinos, evidencia este vínculo físico y espiritual.

Por su parte, Schmalz comparte su proceso creativo como un camino de redención personal y espiritual. Su experiencia mientras esculpe puede llegar a convertirse en una forma de oración activa, un vehículo para la gracia y el crecimiento interior. Como artista figurativo, Tim busca crear obras épicas que conecten con el espectador a través del diseño y el detalle, que no solo conmueven emocionalmente, sino que permiten al observador sentirse “parte” de la pieza.

El arte de Tim Schmalz es un testimonio de cómo la creatividad puede desafiar, consolar y llamar a la humanidad a la acción, guiada por la fe. A medida que sus esculturas continúan apareciendo en plazas públicas, iglesias y espacios sagrados de todo el mundo, la colaboración de Schmalz con el Papa Francisco ejemplifica cómo la fe, el arte y el activismo pueden converger para dar forma a un mundo más compasivo. Juntos han convertido a la escultura en una forma de predicación social.

Exaudi Redacción