El 7 de octubre se cumplirá un año del atentado que reavivó el conflicto armado en Gaza. En este contexto, el cardenal Pierbattista Pizzaballa ha instado a la Diócesis del Patriarcado Latino de Jerusalén a participar en una jornada de oración y ayuno, con el propósito de poner fin a la guerra.
“Se acerca el mes de octubre, y con él la dura realidad de que, desde hace un año, Tierra Santa ha caído en un torbellino de violencia y odio sin precedentes”, expresó el cardenal Pizzaballa en su comunicado. Lamentó que las tragedias vividas en el último año han dejado una profunda huella en “nuestra conciencia y sentido de humanidad”.
El arzobispo hizo un llamado a los fieles para que participen en esta jornada de oración, ayuno y penitencia el 7 de octubre, una fecha que representa “el símbolo de la tragedia que estamos viviendo”.
Una guerra sin sentido
El conflicto armado se reavivó el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo militante palestino Hamas lanzó un ataque sin precedentes contra Israel, que resultó en la muerte de aproximadamente 1.205 israelíes. En respuesta, la campaña militar israelí ha causado la muerte de miles de palestinos.
Los enfrentamientos, que han cobrado miles de vidas inocentes, también han permeado el lenguaje y las acciones políticas y sociales, subrayó el cardenal. Desde la Diócesis, se ha condenado en múltiples ocasiones “esta guerra sin sentido y las circunstancias que la han generado”, haciendo un llamado a todos para que detengan esta espiral de violencia y busquen vías de resolución del conflicto que consideren la justicia, dignidad y seguridad de todos.
El cardenal Pizzaballa reiteró su llamado a los gobernantes y a aquellos con la responsabilidad de tomar decisiones, instándolos a comprometerse con la justicia, el respeto a los derechos humanos, la libertad, la dignidad y la paz. También exhortó a las comunidades a ayudar a los más necesitados y a aquellos que trabajan para aliviar el sufrimiento de los afectados por la guerra, promoviendo acciones que favorezcan la paz, la reconciliación y el encuentro. “Debemos unirnos en oración, presentando a Dios nuestro dolor y deseo de paz. Es momento de convertirnos, hacer penitencia y pedir perdón”, enfatizó.
Un momento para la oración
Frente a la continuidad del conflicto, el Patriarca Latino de Jerusalén destacó que el 7 de octubre no solo recuerda el ataque que inició la guerra, sino que también es el día en que se conmemora a la Virgen del Rosario. Por ello, invitó a los fieles a que “cada uno, con su rosario o de la forma que mejor le convenga, encuentre un momento para detenerse a rezar, ya sea en lo personal o, mejor aún, en comunidad. Llevemos ante el ‘Padre misericordioso y Dios de toda consolación’ (2 Cor 1, 3) nuestro deseo de paz y reconciliación”. Asimismo, invocó la “intercesión de María, Reina del Rosario, por esta amada Tierra y sus habitantes”.