“¿Qué hay ‘después’?” es uno de los testimonios incluidos en el libro Desde la Calle. Relatos que no olvidaré, escrito por el sacerdote D. Antonio Ducay.
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Les cuento lo que me sucedió un día en la universidad de Piura. Faltaban diez minutos para acabar la clase. Lancé el consabido:
-Saquen papel y lápiz. Va una pregunta escrita.
-No, por favor!!!
Ellos saben que nunca hago una pregunta por sorpresa. Pero esta vez insistí.
Puse en letras grandes en la pizarra:
-¿Qué hay después?
Me dijeron:
-Clase de costos
-¿Y después?
-Fin de semana (Era viernes)
-¿Y después?
Hubo silencio, algunas sonrisas de haber entendido.
Poco a poco fueron arrancando a escribir, ponían cara de pensar. Es importante pensar. Cuando uno piensa encuentra respuestas. Me entregaron los papeles que eran de lo más variados. Muchos estaban casi en blanco. La mayoría me decían que no lo habían pensado nunca. Alguno mencionó la reencarnación.
Otros, pocos, que después de esta vida no hay nada. Otros que sí hay algo, pero no sabían qué. Y algunos pocos contestaron que hay una vida eterna, el cielo, el purgatorio y la condenación eterna. Me dio tema para la clase siguiente, me hicieron muchas preguntas. Y yo se las devolví. Como habían pensado, acabaron diciendo ellos mismos lo que hay después.
Fui yo el que les hizo un montón de preguntas. “¿En el cielo va a ser todo igual o habrá sorpresas, descubrimientos?” “¿Podremos hacer lo que aquí me gustaba más?” “¿Va a ser “divertido? “¿Nos conoceremos unos a otros?” “Después de la resurrección estaremos con el cuerpo, pero ¿cómo?” “Y el purgatorio, ¿cómo es eso?”
Al hablar del cielo, fueron “acertando” bastante, aunque les recordé que “no podemos imaginar las cosas que Dios tiene preparadas para los que le aman”. Pero en lo del purgatorio había muchos más silencios. Lo que pretendía es hacerles pensar, que se planteasen el tema.
Lo que más les impresionó es saber que la vida de allá depende de lo que hagamos acá, que este es “tiempo de elegir”, que ellos, mis alumnos, quieren “pasárselo bien” y también Dios quiere lo mismo, lo cual es el mejor negocio, pasarlo bien acá y allá. Si elegimos mal, lo pasamos mal acá y allá, y es el peor negocio.
Entendieron que para ser libres hay que conocer lo que elegimos, si elegimos “a lo loco” puede resultarnos muy mal.
Quedó muy en el aire lo del purgatorio. En la clase siguiente tratamos de ese tema. Hubo muchas preguntas por parte de los alumnos.