República Dominicana y Puerto Rico: Telegrama del papa por víctimas del huracán Fiona

Al Arzobispo de Santiago de Los Caballeros y al Obispo de Ponce

© Vatican Media
© Vatican Media

A continuación publicamos el telegrama que Santo Padre Francisco, firmado por el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, ha enviado a S.E. Monseñor Freddy Antonio de Jesús Bretón Martínez, Arzobispo de Santiago de Los Caballeros, y a S.E. Rubén Antonio González Medina, C.M.F., Obispo de Ponce, por las víctimas del Huracán Fiona en la República Dominicana y Puerto Rico.

Telegrama del Santo Padre al Arzobispo de Santiago de Los Caballeros

El Santo Padre, profundamente afligido al conocer las inclemencias naturales que han azotado el país en las últimas horas por el huracán Fiona, provocando numerosos damnificados y daños materiales eleva su ferviente oración al Padre Clementísimo, suplicándole que conceda su consuelo al amado pueblo dominicano, que sufre estas adversidades. Asimismo, pide a toda la comunidad cristiana y personas de buena voluntad, que se incremente la solidaridad para ayudar a los afectados por esta calamidad, y manifestar así la cercanía fraterna a la cual estamos todos llamados.

Su santidad Francisco los confía a las manos amorosas y maternas de nuestra señora de la Altagracia, y les imparte la confortadora bendición apostólica, como signo de afecto a los hijos e hijas de la República Dominicana.


Telegrama del Santo Padre al Obispo de Ponce

El Santo Padre, profundamente afligido al conocer las inclemencias naturales que han azotado el país en las últimas horas por el huracán Fiona, provocando la pérdida de numerosas vidas humanas, así como numerosos damnificados y daños materiales, eleva su ferviente oración al Padre Clementísimo, suplicándole que conceda su consuelo al amado pueblo puertorriqueño, que sufre estas graves desgracias.

Asimismo, pide a toda la comunidad cristiana y personas de buena voluntad, que se incremente la solidaridad para ayudar a los afectados por esta calamidad, y manifestar así la cercanía fraterna a la cual estamos todos llamados.

Su santidad Francisco los confía a las manos amorosas y maternas de nuestra señora de la Divina Providencia, y les imparte la confortadora bendición apostólica, como signo de afecto a los hijos e hijas de Puerto Rico.