¿Se está configurando una comprensión y un compromiso con la noviolencia en los campus católicos?

Pax Christi Internacional, como organización católica internacional con una larga presencia en Tierra Santa y un profundo compromiso con una paz justa para palestinos e israelíes, ha pedido repetidamente un alto el fuego en Gaza y el fin de los horribles ciclos de violencia que han envuelto a la región, especialmente desde el 7 de octubre. La Iniciativa Católica por la Noviolencia ha estado especialmente atenta a las manifestaciones y acampadas estudiantiles en universidades de muchos países y ve en ellas ejemplos extraordinarios de acción noviolenta activa, estratégica y basada en principios.

Desafortunadamente, no ha sido la principal historia contada por los medios de comunicación, destacada por los políticos o advertida por muchos rectores de las universidades, pero el compromiso con la noviolencia activa se encuentra, con frecuencia, en el centro de las protestas de los estudiantes judíos, musulmanes, cristianos y laicos que trabajan juntos para llamar la atención sobre el profundo sufrimiento en Gaza y para desvincular a sus universidades de la complicidad en la brutalidad que ocurre al otro lado del mundo.

Muchos estudiantes intensificaron su acción noviolenta con acampadas tras meses de esfuerzos, en su mayoría fuera del campus, para poner fin a la guerra en Gaza. Vieron una conexión directa entre la matrícula, las cuotas que pagaban y la inversión de su propia universidad en las empresas que construyeron las bombas que matan a miles y miles de niños palestinos. Y se propusieron interrumpir esa conexión.

Muchos estudiantes, como preparación para emprender acciones noviolentas más arriesgadas, crearon redes interinstitucionales sólidas e integradoras que reunieron a estudiantes de distintas religiones, filosofías y experiencias para acordar un código de conducta noviolenta, reivindicaciones comunes y mensajes públicos, cuidado mutuo y personal, diversidad e inclusión, comunicaciones internas, respeto por las decisiones de los demás sobre su propio nivel de riesgo y un compromiso con la verdad y la información precisa.

Cuando los campamentos estudiantiles fueron atacados por la policía y grupos de militantes, la mayoría parecía decidida a seguir siendo noviolenta. Cuando fueron entrevistados por los medios de comunicación, respondieron con claridad, destacando el propósito de sus manifestaciones noviolentas. Cuando se les acusó de ser perturbadores, explicaron que las acciones enérgicas pueden ser perturbadoras y seguir siendo noviolentas.

Y han sido creativos. Cuando el Presidente Joe Biden pronunció el discurso de graduación en la Universidad Morehouse de Atlanta, Georgia, los estudiantes aportaron una dinámica noviolenta diferente, pero poderosa, para protestar contra el veto de su administración a varias resoluciones de alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como contra el paquete de ayuda militar a Israel por valor de 17.000 millones de dólares firmado por Biden en abril.


Según un reciente artículo de Common Dreams, cuando se presentó a Biden, todos los estudiantes, salvo unos pocos, permanecieron sentados; cuando el presidente pronunció su discurso, algunos estudiantes y profesores se volvieron de espaldas mientras otros se marchaban; miembros del profesorado y estudiantes llevaban keffiyehs; otros exhibían la bandera palestina en sus togas de graduación.

En respuesta a las campañas estudiantiles, algunas administraciones universitarias también han recurrido a metodologías noviolentas: escuchando con atención las demandas de los estudiantes, entablando un diálogo respetuoso incluso por encima de grandes diferencias de opinión y objetivos contrapuestos, y respondiendo con información precisa y transparente. Muchos miembros del profesorado han valorado los cuidadosos preparativos y las acciones basadas en los principios de los estudiantes, y han buscado formas de apoyar sus esfuerzos. Por ejemplo, más de 1.400 profesores y miembros del personal de la Universidad de California escribieron en una declaración pública: «A medida que nuestros estudiantes se levanten y hagan uso de su voz, haremos siempre todo lo posible para apoyarlos y apoyar sus derechos humanos básicos, y respaldar así, nuestra universidad y nuestra democracia.»

Muchas de estas acciones noviolentas han tenido lugar en universidades católicas. ¿Se está configurando una comprensión y un compromiso con la noviolencia en los campus católicos? ¿Están aprendiendo noviolencia y su conexión con el corazón del Evangelio los estudiantes de las universidades católicas? ¿Tienen algo que aportar a este debate global los administradores de las universidades católicas? ¿Apoyan las parroquias católicas los esfuerzos de los estudiantes por defender sus creencias? ¿Están facilitando, las comunidades católicas, conversaciones reflexivas sobre la guerra en Tierra Santa, sobre cómo enfrentarse a las políticas del gobierno israelí en Gaza sin reproducir comportamientos antisemitas, sobre los esfuerzos contra la guerra tanto en Israel como en Palestina?

La noviolencia es una espiritualidad, una forma de vida, una ética potencialmente universal, un enfoque probado y, a menudo, eficaz para prevenir o interrumpir la violencia, incluida la violencia atroz como la que el mundo ha presenciado en Gaza, y una forma de promover una paz justa. ¿Qué sucedería si 1.300 millones de católicos de todo el mundo se formaran desde su nacimiento para comprender y apreciar el poder y la eficacia de la noviolencia activa y la conexión de ésta con el corazón del Evangelio? ¿Entenderíamos mejor el «lenguaje» de las manifestaciones estudiantiles y estaríamos mejor preparados para amplificar su importante mensaje?

Por John Stowe – Obispo de Lexington, Kentucky, Presidente de Pax Christi Estados Unidos