Santo Tomás y el Magisterio de la Iglesia

El más ilustre Doctor de la Santidad y el estudio de la sagrada doctrina

Santo Tomás de Aquino
Thomas Aquinas by Licentia Poetica

Santo Tomás de Aquino nació en el año 1225. Falleció el 7 de marzo de 1274. Fue canonizado en 1323. Se cumplen pues 800 años de su nacimiento y algo más de 700 de su canonización y de 750 años de su muerte. En 1567 el Papa San Pío V lo declaró Doctor de la Iglesia. Desde entonces muchos Sumos Pontífices han recomendado su pensamiento filosófico y teológico. Santo Tomás es el pensador más valorado, y más recomendado, por el Magisterio de la Iglesia. Los pensadores católicos, filósofos y teólogos, tienen por guía principal a Santo Tomás.

En 1879 el Papa León XIII publicó la encíclica “Aeterni Patris” para restaurar el tomismo. Ahí lo declaró patrono de todos los estudios y afirmó que la filosofía de Santo Tomás será un poderoso estímulo para atajar de raíz los males del mundo actual.

En 1914 el Papa San Pío X en el motu proprio “Doctoris Angelici” ordenó la adopción de “La Suma Teológica” de santo Tomás para la enseñanza de la Teología y señaló que los principios básicos de la filosofía de Santo Tomás han de considerarse fundamentos en los que se apoyan todos nuestros conocimientos de lo humano y de lo divino, así como también que separarse de las huellas de Santo Tomás, principalmente en metafísica, no será sin grave detrimento. Ese año, por orden suya, la Sagrada Congregación de Estudios publicó las veinticuatro tesis tomistas, en las que se contiene la lista de las proposiciones esenciales de la filosofía de Santo Tomás.

En 1914 el Papa Benedicto XV declaró que la filosofía de santo Tomás es la “filosofía según Cristo”. Durante su pontificado, concretamente en 1917, se promulgó el Código de Derecho Canónico. En el canon 1366 establece: “Los profesores han de exponer la Filosofía racional y la Teología e informar a los alumnos en estas disciplinas, ateniéndose por completo al método, al sistema y a los principios del Angélico Doctor y siguiéndolos con toda fidelidad”.

En 1923, en la encíclica “Studiorum Ducem”, el Papa Pío XI nombró a santo Tomás “Guía de los Estudios”, le dio el título de “Doctor Communis” y afirmó que es “Doctor Universal, puesto que la Iglesia ha hecho suya la doctrina de él”, y concluyó: “Id a Tomás”.  En 1931 en la constitución apostólica “Deus Scientiarum Dominus” prescribió: “en las Facultades de Filosofía debe enseñarse la Filosofía escolástica, y de esta tal suerte que los oyentes se formen en una síntesis completa y coherente de doctrina según el método y los principios de Santo Tomás. Los demás sistemas filosóficos deben examinarse y enjuiciarse según dicha doctrina”.

En 1942 el Papa Venerable Pío XII afirmó: a Santo Tomás “deben seguirlo con toda fidelidad como a su maestro y guía, según ordena el Código de Derecho Canónico, no olvidando nunca que la doctrina de Santo Tomás contiene un vigor singular y una fuerza extraordinaria para sanar los males que aquejan a nuestro tiempo”.


El sacrosanto Concilio Vaticano II recomienda el magisterio de Santo Tomás. Afirma que los estudios se han de cultivar “siguiendo las huellas de los doctores de la Iglesia, sobre todo de Santo Tomás de Aquino” y que “Las disciplinas filosóficas hay que enseñarlas […] apoyados en el patrimonio filosófico siempre válido” y también que las especulaciones deben exponerse siguiendo las enseñanzas de Santo Tomás.

En 1965 el Papa San Pablo VI afirmó: “la filosofía de Santo Tomás posee una aptitud permanente para guiar al espíritu humano al conocimiento de lo verdadero […]. Este valor permanente de la metafísica tomista explica la actitud del Magisterio eclesiástico respecto a ella. […]. […] continuamos recomendando la obra de Santo Tomás como norma segura de enseñanza cristiana”. En 1974 afirmó: las enseñanzas de Santo Tomás son aún válidas y actuales. Ese año, en su carta “Lumen Ecclesiae”, mostró los valores perennes de la doctrina y del método de Santo Tomás y lo presentó como ejemplo para nuestro tiempo.

En 1980 El Papa San Juan Pablo II calificó a Santo Tomás de “Doctor humanitatis”, puesto que en él veía el maestro que necesita la humanidad actual. Durante su pontificado, concretamente en 1983, se promulgó el actual Código de Derecho Canónico, en el que se recomienda el pensamiento de Santo Tomás y se manifiesta que no se puede renunciar a la filosofía y a la teología del Doctor Angélico. En el canon 251 se afirma: “la formación filosófica debe fundamentarse en el patrimonio de la filosofía perenne”. En el canon 252: “Ha de haber clases de teología dogmática […] con las que los alumnos conozcan de modo más profundo los misterios de la salvación, teniendo principalmente como maestro a Santo Tomás”.

Juan Pablo II, el Magno, en su encíclica “Fides et ratio”, de 1998, ha recordado que no existe una filosofía que sea la “filosofía oficial de la Iglesia, puesto que la fe como tal no es una filosofía”. De manera que “La Iglesia no propone una filosofía propia ni canoniza una filosofía en particular […]”. Lo mismo puede afirmarse de la teología. Al mismo tiempo reafirma el valor y la actualidad del pensamiento de Santo Tomás, al que califica de “apóstol de la verdad”. Afirma: “Santo Tomás amó de manera desinteresada la verdad. La buscó allí donde pudiera manifestarse, poniendo de relieve al máximo su universalidad. El Magisterio de la Iglesia ha visto y apreciado en él la pasión por la verdad; su pensamiento, al mantenerse siempre en el horizonte de la verdad universal, objetiva y trascendente […]. Su filosofía es verdaderamente la filosofía del ser y no del simple parecer”. Es una filosofía abierta a toda la realidad, tanto a la realidad natural como a la realidad sobrenatural. También afirma que en Santo Tomás se “alcanzó cotas que la inteligencia humana jamás podría haber pensado” y que su pensamiento es “la síntesis más alta que el pensamiento haya alcanzado jamás”. Así mismo que, por ello, su pensamiento posee una ‘valor incomparable’ y representa, en definitiva, una ‘novedad perenne’.

El Papa Francisco ha afirmado que Santo Tomás es “el más ilustre Doctor de la Santidad y el estudio de la sagrada doctrina”.

En conclusión: Id al Doctor Angélico. Esto es, id a Tomás.