Con el Presupuesto Preventivo 2022, la Santa Sede consolida su compromiso con una mayor transparencia y un estricto control de sus recursos económicos. El perímetro de las entidades incluidas se ha ampliado en 30, elevando a 90 el número de instituciones presentes en el Presupuesto.
Con estas palabras el padre Juan Antonio Guerrero Alves, prefecto del Secretariado de Economía, introduce las novedades del Presupuesto de la Misión 2022. Con los nuevos límites, hay unos ingresos de 769,6 millones de euros y unos gastos de 803 millones, con un déficit total de 33,4 millones de euros, frente a los 42 millones previstos el año pasado.
El Presupuesto, aprobado el pasado mes de diciembre, tres meses antes que el del año anterior, extiende también su mirada a las entidades que, aunque no son propiamente atribuibles a la Curia Romana, son propiedad de la Santa Sede o están bajo su responsabilidad. Las nuevas disposiciones del Consejo de Economía, aprobadas el pasado mes de julio, han permitido incluir entidades como el Hospital Infantil Bambino Gesù, las cuatro basílicas papales de Roma y los santuarios de Loreto, Pompeya y Padua. Y ya se está pensando en el año que viene, con nuevas inclusiones, para reducir aún más los márgenes de riesgo. Mientras tanto, para el Balance Final de 2021, que deberá presentarse dentro de unos meses, también se ha introducido el cierre trimestral de las cuentas.
Es comprensible que los efectos de la pandemia de COVID-19 sigan pesando sobre las partidas presupuestarias, aunque se espera una recuperación gradual de las actividades económicas para 2022, y menos de las donaciones y contribuciones. Se prevé que el Óbolo de San Pedro, junto con otros fondos titulados, se mantenga en 47,3 millones de euros, como en 2021.
Respecto a las previsiones del año pasado, basadas en las 60 realidades iniciales consideradas, el gasto se contrajo aún más, disminuyendo 4, hasta los 289 millones de euros. Con el nuevo perímetro, aumenta en 10 millones de euros. La mayor parte de los recursos dedicados a la misión apostólica se destinan a apoyar a las iglesias locales con dificultades y en contextos específicos de evangelización (21%); comunicar el mensaje de la Santa Sede (16%); preservar su presencia en el mundo (16%); apoyar el culto y la evangelización (16%); y promover la caridad (9%).
La Secretaría de Economía sigue esforzándose por mejorar la transparencia, la eficacia y la contención de los costes, garantizando así la sostenibilidad de la Santa Sede y favoreciendo la misión del Santo Padre. Se trata de un camino paciente y escrupuloso, que pasa por nuevos procedimientos y métodos operativos.
