Israel Risquet, sacerdote de la archidiócesis de Sevilla, España, comparte con los lectores de Exaudi este artículo sobre la figura de san Simón y san Judas Tadeo, para conocer mejor a estos apóstoles. Como Cristo les envió de dos en dos, ellos iban juntos a cumplir la misión, motivo por el cual se les celebra en el mismo día.
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La mañana amaneció muy fresquita, en casa la economía era muy precaria, así que me dispuse a caminar desde mi casa hacia la Catedral, una media hora desde mi barrio, Los Pajaritos, a paso ligero o “paso de mudá”, como decimos en Sevilla.
Aún no estaba yo ni en el seminario. Por aquel entonces, el bueno de D. Ángel, canónigo prefecto para la liturgia, me llamaba para hacer de monaguillo, acólito, en algunas celebraciones.
Se trataba de la fiesta de san Judas Tadeo, día importante para la devoción de la religiosidad popular, por lo que asistieron numerosos fieles. Creo recordar que ayudé a varias misas junto a otros acólitos. Al terminar, D. Ángel nos dio una generosa propina.
Me dispuse a regresar a casa, pero decidí regalarme un paseo por “el Centro” de mí querida ciudad. Iba pensando en qué gastaría aquel dinero, y se me ocurrían muchas opciones. Llegado a la plaza Nueva, frente al Ayuntamiento, hay una Capilla de Adoración Perpetua del Santísimo; hice ademán de entrar y entonces…reparé en un pobre que estaba pidiendo en la puerta…dudé, pero finalmente le di mi apreciada propina. Saludé al Señor y marché caminando a casa, más contento que unas Pascuas.
Como Cristo les envió de dos en dos, ellos iban juntos a cumplir la misión, motivo por el cual se les celebra en el mismo día a San Simón y San Judas Tadeo. La Tradición cuenta también que iban siempre juntos en su rico apostolado. De hecho, San Simón aparece en las listas de los evangelios junto a san Judas Tadeo, la liturgia latina celebra conjuntamente a ambos apóstoles el 28 de Octubre.
De san Simón sabemos que es uno de los doce apóstoles, se le llama “el cananeo” y “el zelota”. También se le suele identificar con Simeón, el pariente de Jesucristo, algo poco probable. “El cananeo” y “el zelota”, provienen de su celo por la religión judía, pues no parece que perteneciera a el grupo nacionalista del mismo nombre.
Nada se sabe de dónde anunció el Evangelio, la Tradición cuenta que predicó en Samaría, también en Egipto, Mesopotamia y Persia, donde habría sido martirizado crucificado o serrado, como se le suele representar. Su cuerpo se encuentra en la Basílica de San Pedro en Roma.
De San Judas Tadeo, denominado también Judas de Santiago, seguramente para diferenciarlo del Judas traidor, conocemos un episodio evangélico en el evangelio de san Juan: durante la última Cena, Judas Tadeo le pregunta: “Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?”. Parece que Tadeo pensaba en una gran manifestación visible y Cristo hablaba de Fe.
A Judas se le atribuye la última carta de las llamadas: “Cartas Apostólicas” del Nuevo Testamento. Algunos especialistas rechazan esta autoría porque se presenta no cómo Apóstol, sino, cómo “siervo de Jesucristo”.
La Carta es muy breve y es una llamada a la vigilancia de aquellos que ponen en entre dicho la Fe. Es un escrito lleno de sabiduría y recuerda al cristiano que está llamado a la vida eterna. Los destinatarios podrían ser los miembros de una comunidad judeo-cristiana, por sus constantes alusiones al Antiguo Testamento y a las tradiciones judías.
La Tradición refiere que Judas Tadeo predicó en Palestina, en Arabia, Siria, Mesopotamia y Edesa, donde fue martirizado(otras tradiciones hablan de Persia).
Se veneran reliquias suyas en Francia: en Toulouse y Reims.
A ambos apóstoles se les representa casi siempre juntos. A San Simón con una Sierra y a San Judas con una maza y un libro.
“Oh, Dios, que nos concediste llegar al conocimiento de tu nombre por medio de los santos apóstoles, te rogamos que, por intercesión de san Simón y san Judas, la Iglesia siga creciendo siempre por el incremento de los pueblos que crean en ti.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén”.
Un Fuerte Abrazo en Cristo y mi Bendición +.