Sacramento

Cap. 1 de la serie «Cuerpo entregado»

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Don Luis Herrera Campo ofrece a los lectores de Exaudi un nuevo episodio de su serie medita+ llamado «Sacramento». en esta ocasión de la serie «Cuerpo entregado«.

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Padecemos una pandemia de desamor. En el primer trimestre de 2024 han aumentado un 15% las separaciones y divorcios (más de 26.000). La otra mitad está herida en el amor: rutina, escepticismo… La mayoría simplemente convive. O experimentan nuevas formas de combatir la soledad.

Explicación psicológica: epidemia de narcisismo. Vivimos en el “Estado del bienestar”. Todo lo enfocamos desde la lógica del consumidor. Las relaciones personales se convierten en comerciales, y auto-fracasan: la expectativa y el temor provocan la ruptura. “De qué hablamos cuando hablamos de amor” (R. Carver).

Explicación religiosa: nos hemos alejado del Dios-Amor. Hay un paralelismo entre el índice de práctica de la fe y de perseverancia en el amor. «La indisolubilidad del matrimonio ha de entenderse y realizarse desde la fe en la decisión irrevocable de Dios de unirse en “matrimonio” con la humanidad en Cristo. A la larga, la indisolubilidad del matrimonio es tan imposible fuera de la fe como necesaria dentro de ella. Advirtamos también que esta fijación aparente de la decisión momentánea de una persona, la capacita para seguir adelante, para aceptarse poco a poco, mientras que la anulación posterior de esa decisión la retrotrae al principio y la condena a vivir en el círculo cerrado de la ficción de la eterna juventud que rechaza la globalidad del ser humano» (J. Ratzinger).

Junio es el mes dedicado al Sagrado Corazón. Es el centro de la persona: la conjunción de inteligencia, voluntad y sentimientos. Toda la vida de Cristo manifiesta su Corazón, pero en especial su Pascua: “Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo”.


El sacramento del matrimonio es la unión a la entrega de Cristo por su Iglesia. «Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra (…). Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia» (Ef 5, 25-26, 31-32).

“Aquí estamos tú y yo, y espero que entre nosotros Cristo sea un tercero” (Aelred of Rivaulx). Vamos a meditar en estas palabras: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros”.

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