Organizaciones eclesiales y civiles han expresado su desacuerdo con la construcción de una doble verja perimetral “para contrarrestar la migración haitiana irregular” en la frontera entre República Dominicana y Haití, anunciada por el presidente Luis Rodolfo Abinader, informa el Consejo del Episcopado Latinoamericano (CELAM) en una nota publicada el 18 de marzo de 2021.
“Expresamos nuestra preocupación por su reciente pronunciamiento del pasado sábado 27 de febrero de 2021, ante la Asamblea Nacional, acerca de la iniciativa” sobre todo porque “medidas estrictamente ancladas en el paradigma de la ‘seguridad nacional’ y carentes del enfoque de derechos, agudizan los problemas relacionados con las migraciones”, expresa una carta abierta.
Respetar los derechos
Además, la misiva apunta que “las eventuales soluciones a los retos migratorios, que adopte el Estado dominicano, deben respetar los derechos fundamentales de los seres humanos, en particular, las personas migrantes haitianas y sus descendientes.” Asimismo, el texto asegura que “las diversas problemáticas económicas, sociales y humanitarias, exacerbadas por la recurrente crisis política en Haití han tenido un gran impacto en materia de movilidad humana”.
Por tanto, se recomienda que “los Estados deben tomar medidas que respeten y protejan los derechos fundamentales de todas las personas sin discriminación alguna por motivos de raza, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social”.
Humanizar la migración
Las organizaciones eclesiales firmantes, algunas adscritas a la Red CLAMOR, recuerdan que “el tiempo crítico que vivimos, que nos recuerda condición fundamental como humanidad y nos enseña el valor de la solidaridad, la protección social de todas y todos y la necesidad de encontrar soluciones comunes”.
Al respecto, de acuerdo a la citada fuente, solicitan al presidente “de manera respetuosa, se replantee esta propuesta de un muro entre los dos países, y más bien, se utilicen los cuantiosos recursos que implica un proyecto de estas características en implementar acciones alternativas con enfoque de derechos”. De manera que “fomenten oportunidades de integración y desarrollo en beneficio de las personas dominicanas y haitianas ubicadas en la zona, limítrofe y una migración regular, más humana y segura”.