“Hay que vivir las situaciones que nos toquen en paz y no vivirlas antes de tiempo, aquí seguiremos siempre al servicio de los más necesitados”, ha dicho la religiosa dominica María Mayo desde Ucrania en un mensaje donde ha enviado agradecimiento y tranquilidad.
Frente a la escalada de tensión que se vive en Ucrania por la posible invasión de Rusia, el Papa Francisco ha convocado una jornada de oración por la paz para el pasado 26 de enero. Desde Ucrania, la religiosa dominica María Mayo, en declaraciones al programa “Perseguidos pero no olvidados” de Radio María y la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), ha mandado un mensaje de agradecimiento y tranquilidad: “Muchas gracias por las oraciones, son muy necesarias. Pero aquí vivimos con normalidad, llevamos 8 años de guerra en el este del país y vivimos con tranquilidad este momento de tensión”.
Mayo habla desde Kiev, capital de Ucrania, donde una comunidad de dominicas atienden la Casa de los Niños de Dim Ditey, para niños pobres. La religiosa lleva 10 años viviendo en este país de Europa del Este aunque antes ha vivido en otros países de África, donde también han tenido lugar otras guerras. “Recuerdo que en aquel entonces las madres catequistas de la misión nos daban las gracias por seguir con ellos pese a la guerra. Ahora está claro que no queremos irnos. Cuando llegue ese momento habrá que volver a discernir si ponemos a los demás en riesgo por hacerlo. Pero cuando lleguemos a ese puente ya cruzaremos ese río”, reconoce la religiosa.
Ucrania, un país de mayoría cristiana
Ucrania es un país de mayoría cristiana, donde los ortodoxos suponen más del 70% de la población, según datos del Informe Libertad Religiosa en el Mundo 2021 de ACN. Los católicos son solo un 10%, unos 5 millones de personas, en su mayoría son de rito bizantino aunque también hay un pequeño grupo de católicos de rito latino, unos 500.000. ACN lleva ayudando a la Iglesia en Ucrania desde hace más de 40 años, antes de la caída del comunismo. Ha sido el segundo país más ayudado por esta fundación pontificia en 2020. La ayuda es principalmente para la formación del clero y la reconstrucción de iglesias, monasterios, seminarios y casas parroquiales, muchos de ellos fueron confiscados o destruidos durante el control soviético.
Asistencia de Ayuda a la Iglesia Necesitada
La Casa de Dim Ditey ha recibido también apoyo de ACN para la reparación del tejado y más recientemente para la atención sanitaria de los niños frente al Covid-19. María Mayo agradece este apoyo y resalta ”sobre todo agradecemos vuestra presencia constante, no solo ahora frente a este conflicto, sino siempre dando visibilidad a Ucrania, un país que ha sufrido mucho en el pasado comunista pero que sigue sufriendo”.
Magda Kaczmarek, responsable de proyectos de ACN en Ucrania ve con positividad la llamada del Papa a rezar de nuevo por Ucrania: “Queremos seguir también la llamada de los obispos ucranianos. Nuestros hermanos y hermanas siempre rezan por nosotros y ahora necesitan que les devolvamos este gran regalo”. La guerra en el este de Ucrania entre el ejército y los separatistas prorrusos del Donbás ha dejado ya más de 10.000 muertos y 1,6 millones de desplazados.
Vivir en paz al servicio de los necesitados
María Mayo concluye desde Kiev, “quiero recordar lo que nos dice Jesús, “cada día tiene su afán”, hay que vivir el hoy con tranquilidad. Nuestra fundadora también nos decía que “hay que vivir con calma y cada uno es necesario en el sitio y el momento en el que se encuentra”. Jesús siempre dice “no tengáis miedo yo estoy con vosotros para siempre” y cuando da la paz a sus apóstoles la da mostrando sus heridas. Yo creo que esto mismo en estas situaciones de conflicto es muy importante. Hay que vivir las situaciones que nos toquen en paz y no vivirlas antes de tiempo, aquí seguiremos siempre al servicio de los más necesitados”.