¿Quién es el nuevo beato que el Papa aplaudió durante el ángelus?

Durante el Ángelus del 1 de septiembre, el Papa Francisco pidió un aplauso para el nuevo beato Ján Havlík, seminarista de la Congregación de la Misión, destacando su perseverancia en la fe

Havlík fue beatificado el 31 de agosto en Eslovaquia, reconociéndose su valentía y fidelidad al Evangelio bajo el régimen comunista.

Un ejemplo de esperanza y perdón

El 31 de agosto, en el Santuario Nacional de Šaštín, Eslovaquia, tuvo lugar la ceremonia de beatificación de Ján Havlík, CM, un seminarista eslovaco de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl. Nacido el 12 de febrero de 1928, Havlík sufrió persecución, tortura y trabajos forzados durante 14 años bajo el régimen comunista, debido a su firmeza en la fe cristiana y su deseo de convertirse en sacerdote. 

Durante la ceremonia de beatificación, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, quien presidió el rito, describió a Ján Havlík como “una persona equilibrada, gozosa, alegre en compañía, abierta y atenta a las necesidades de los demás”, que tras su detención vio el deterioro progresivo de su salud. El cardenal afirmó: “El amor de Cristo es la fuerza que nos hace vencer la debilidad, la energía que nos hace vencer el miedo, la luz que nos hace vencer las tinieblas.” Además, destacó que “fue la virtud de la esperanza la que lo hizo crecer y sostuvo su vocación. Un signo de esperanza, de hecho, es ya la elección de ser discípulo de San Vicente de Paúl”, un santo que dio esperanza a los pobres y a los que sufren. “Ján fue verdaderamente un rayo de sol para quienes lo conocieron.”

Las palabras del Papa Francisco

El Papa Francisco, en el rezo del Ángelus, pidió un aplauso para el nuevo beato y expresó: “Que su perseverancia en dar testimonio de la fe en Cristo sea un estímulo para cuantos hoy sufren pruebas similares”. Las palabras del Santo Padre resonaron como un llamado a la comunidad internacional para reconocer y valorar la fuerza del testimonio cristiano frente a la persecución. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, con un grupo de eslovacos a la cabeza, secundaron con entusiasmo el aplauso al nuevo beato.

La visión de la Congregación de la Misión

El superior general de la Congregación de la Misión, el padre Tomaž Mavrič C.M., también presente en la ceremonia, subrayó la importancia de este evento para todo el Movimiento de la Familia Vicenciana. “El Beato Ján Havlík nos muestra con su ejemplo cómo logró encarnar la espiritualidad y el carisma vicenciano en su vida, en un período histórico específico y difícil”, expresó Mavric. Según él, la beatificación de Ján es «una invitación celestial a renovar el espíritu de misericordia hacia los necesitados» y un estímulo para seguir con valentía los valores de la fe.

Un testimonio de fidelidad a Dios

En la homilía del rito de la beatificación, el cardenal Semeraro recordó las palabras del beato Ján Havlík a sus compañeros prisioneros: “Mostrad ahora lo que lleváis dentro, lo que realmente pensáis de vuestra vocación misionera.” Estas palabras resonaron con fuerza entre los fieles congregados en la Basílica de los Siete Dolores de la Virgen María, recordando a todos que Ján Havlík, incluso en prisión, mantuvo una actitud misionera inquebrantable. Organizó misas secretas, distribuía la comunión y profesaba su fe abiertamente ante los guardias, siendo llamado “el sacerdote” por sus compañeros.

Una inspiración para hoy

El padre Mavric, superior de la Congregación, subrayó que la figura de Ján Havlík sigue siendo un testimonio luminoso para muchos jóvenes, inspirándolos a la fidelidad y al sacrificio incluso en circunstancias adversas. “El testimonio de la vida de Ján muestra que vale la pena ser valientes en hacer misericordia al prójimo, porque al final, el recompensador será el Padre celestial”, afirmó el superior general. Asimismo, destacó que Havlík es un modelo de celo apostólico, un ejemplo de cómo anunciar el Evangelio y llevar esperanza en condiciones difíciles.


El cardenal Semeraro hizo un llamado a todos los presentes: “Que la vida del Beato Ján Havlík nos inspire a vivir nuestra fe con valentía y compromiso, recordando que cada momento, incluso en la dificultad, es una oportunidad para dar testimonio de Cristo.” Estas palabras fueron recibidas con un fuerte aplauso de los fieles y miembros del Movimiento de la Familia Vicenciana presentes en Šaštín.

Un legado duradero

La vida y el sacrificio de Ján Havlík siguen resonando en la actualidad como un llamado a mantener viva la fe y la esperanza, incluso en los tiempos más oscuros. La Congregación de la Misión, que se encuentra a las puertas del Jubileo por los 400 años de su fundación, ve en su beatificación un motivo de gratitud y una oportunidad para renovar su espíritu misionero, siguiendo el ejemplo de caridad y servicio que él encarnó hasta el final de sus días.

Acerca de la Congregación de la Misión

La Congregación de la Misión (CM) de San Vicente de Paúl es una “sociedad de vida apostólica”, gobernada por las Asambleas Generales que se celebran cada seis años, y por un Superior General, que reside en Roma y es apoyado por un Vicario General y Cuatro Asistentes. Está compuesta por sacerdotes y hermanos, unos y otros consagrados a la evangelización de los pobres, por medio de los votos. San Vicente de Paúl recomendó a los suyos la práctica de cinco virtudes: la humildad, la sencillez, la mansedumbre, la mortificación y el celo apostólico. Ellas son disposiciones interiores indispensables en el anuncio del Evangelio. La obra principal sigue siendo la que quiso San Vicente de Paúl: las misiones populares, cuidando de formar a los laicos. Estas se realizan a través de un tiempo fuerte (tres a cinco semanas) y un tiempo largo de impulso (seis a diez años) en un sector. La comunidad también anima parroquias y peregrinaciones en la línea de acoger y formar. Más información: cmglobal.org/es/