¿Qué es un cónclave? El proceso que elige al nuevo Papa
Una mirada detallada y fiel a la tradición católica sobre el proceso que, bajo la guía del Espíritu Santo, da al mundo un nuevo Sucesor de Pedro

La Iglesia Católica vive momentos de profunda reflexión y oración cada vez que la Sede Apostólica queda vacante, ya sea por la muerte o la renuncia del Papa. Este periodo, lejos de ser un vacío, es una oportunidad para que la Iglesia se abra a la acción del Espíritu Santo, confiando en Su guía para elegir al nuevo líder de la comunidad cristiana. La muerte de un Papa, como bien expresaba San Juan Pablo II, es un momento de transición, pero no de desesperanza: “El Papa muere, Cristo no muere”. En este artículo, exploraremos el significado profundo del cónclave, el proceso de elección del Papa, y cómo esta tradición ancestral sigue siendo un acto de fe, esperanza y unidad en la Iglesia.
La muerte de un Papa: un tiempo de oración, esperanza y discernimiento
El reciente fallecimiento del Papa Francisco, el 21 de abril de 2025, ha sumido a la Iglesia en un periodo de sede vacante. Este es un momento de dolor, pero también de profunda reflexión, en el que los católicos del mundo entero se unen en oración, pidiendo al Espíritu Santo que ilumine a los cardenales en su tarea de elegir al nuevo Pontífice. La muerte de un Papa, lejos de representar un vacío de liderazgo, es vista por la Iglesia como una invitación a discernir, rezar y esperar con esperanza el nuevo sucesor de San Pedro.
Este proceso de oración y discernimiento es central en el cónclave, donde los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina para buscar la voluntad de Dios en la elección del próximo Papa.
¿Qué es un cónclave?
La palabra «cónclave» proviene del latín cum clave, que significa “con llave”, y hace referencia al hecho de que los cardenales, durante el proceso de elección, son confinados en un espacio cerrado y vigilado, con el fin de garantizar la confidencialidad y el secreto del proceso. Este acto simbólico refleja la seriedad con que la Iglesia se enfrenta a la responsabilidad de elegir al líder espiritual de más de mil millones de católicos en el mundo.
El proceso del cónclave
1. Inicio del período de sede vacante
El Papa Francisco falleció a los 88 años debido a complicaciones por una neumonía bilateral que derivó en un ictus. Tras su muerte, el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, verificó el fallecimiento y destruyó el anillo del pescador y el sello papal, marcando el fin del pontificado. Durante la sede vacante, el camarlengo, junto con el penitenciario mayor, se encarga de la administración de la Santa Sede y de preparar la celebración del cónclave. La Iglesia entra en un período de oración, reflexión y preparación espiritual para la elección del nuevo Papa.
2. Congregaciones generales
Antes de que comience el cónclave, los cardenales se reúnen en las congregaciones generales. Estas reuniones no son vinculantes para la elección del Papa, pero permiten a los cardenales discutir sobre los desafíos de la Iglesia y las cualidades que debería tener el próximo Pontífice. Durante este tiempo, los cardenales oran por la dirección del Espíritu Santo y buscan la unidad en la visión que deben tener del futuro de la Iglesia.
3. Convocatoria del cónclave
El cónclave se convoca formalmente por el decano del Colegio Cardenalicio. La elección debe comenzar entre 15 y 20 días después de la muerte del Papa, para permitir la llegada de todos los cardenales electores a Roma. Este período de espera, más que un vacío, es una oportunidad para que la Iglesia se prepare espiritualmente, reforzando su confianza en que el Espíritu Santo guiará la elección de un nuevo Papa.
4. El proceso de votación
El cónclave tiene lugar en la Capilla Sixtina, un lugar cargado de historia y espiritualidad. Durante el cónclave, los cardenales se encierran y realizan hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde). Para que un candidato sea elegido, debe obtener dos tercios de los votos. Si no se alcanza este umbral, se siguen realizando votaciones hasta que se logre el consenso.
Este proceso no es solo un acto político o administrativo. Cada voto, cada deliberación, está envuelta en oración y discernimiento. La elección del Papa no se basa únicamente en las cualidades humanas de los candidatos, sino también en la sensibilidad espiritual de los cardenales, que buscan la voluntad de Dios.
5. El anuncio de la elección
Una vez elegido el nuevo Papa, se le pregunta si acepta la elección y qué nombre desea adoptar. Si acepta, en ese momento se convierte oficialmente en el nuevo Obispo de Roma y Sucesor de San Pedro. La noticia de la elección se anuncia a través del famoso rito del habemus Papam, cuando el Protodiácono se presenta en el balcón de la Basílica de San Pedro y proclama al mundo: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam” (“Os anuncio una gran alegría: ¡tenemos Papa!”).
Lo que ocurre después de la elección: el primer acto del nuevo Papa
Una vez que el cónclave ha elegido al nuevo Papa, se inicia un profundo momento de oración y reflexión. Aunque el proceso de elección haya culminado, el momento más solemne del pontificado comienza con los primeros pasos del nuevo Papa.
La Sala de las Lágrimas
Tras la proclamación de su elección, el nuevo Papa es llevado a la Sala de las Lágrimas en el Palacio Apostólico. Este lugar es de gran significancia, pues se dice que es donde el Papa se retira brevemente para reflexionar sobre la inmensa responsabilidad que acaba de asumir. Se dice que es el espacio en el que, al asumir el poder papal, el Papa tiene un momento privado para llorar y pedir al Espíritu Santo la gracia necesaria para guiar a la Iglesia. Es un rito lleno de simbolismo, un momento de humildad ante la carga de su misión.
Visita a la Capilla Paulina
Después de este tiempo de recogimiento en la Sala de las Lágrimas, el Papa se dirige a la Capilla Paulina, que se encuentra dentro del Vaticano. En este santuario, el nuevo Papa se toma un tiempo para rezar y poner su pontificado bajo la protección de Dios. La Capilla Paulina es especialmente significativa debido a que en ella se celebran las primeras misas papales y es un lugar de intensa oración en el corazón de la Iglesia. Es en este espacio donde el Papa se encomienda a Dios, buscando la fuerza espiritual necesaria para afrontar los retos que se le presentarán durante su pontificado.
El saludo al pueblo desde el balcón de la Basílica de San Pedro
Finalmente, después de estos momentos de oración, el Papa emerge al balcón central de la Basílica de San Pedro para saludar al pueblo reunido en la Plaza de San Pedro. Es un momento histórico, no solo porque se confirma oficialmente su elección, sino porque es el primer contacto del Papa con el pueblo cristiano. Desde allí, el Papa se dirige a los fieles con un mensaje de unidad, esperanza y misión. Este acto representa la presencia del Papa como guía espiritual de la Iglesia universal, y su primer acto público marca el inicio de su pontificado.
La importancia del cónclave
El cónclave, más allá de ser un proceso técnico, es un acto de fe en el que la Iglesia se somete a la acción del Espíritu Santo. La elección del Papa no es simplemente una cuestión de administración eclesiástica, sino un momento de renovación espiritual para la Iglesia. Como afirma San Juan Pablo II, “El Papa muere, Cristo no muere”. La muerte de un Papa no es el final, sino una invitación a la renovación y a la esperanza en Cristo, quien es el fundamento inquebrantable de la Iglesia.
Durante el cónclave, los cardenales se entregan a la oración, buscando la voluntad de Dios y asegurándose de que el elegido sea verdaderamente el hombre que guiará a la Iglesia con sabiduría, fortaleza y humildad. El Espíritu Santo, presente en cada votación, es el que, al final, lleva a la Iglesia a elegir al nuevo Sucesor de Pedro, quien tomará el timón de la barca de San Pedro en tiempos de desafíos y esperanza.
Este es un tiempo de oración y confianza en que, al igual que en cada cónclave, el Espíritu Santo guiará a la Iglesia hacia un nuevo Pastor, que continuará conduciendo a los fieles hacia Cristo.
Fuentes
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Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, San Juan Pablo II, 1996
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Catecismo de la Iglesia Católica
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Código de Derecho Canónico
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Vatican.va
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