Que, con María, con Jesús, construyamos la paz: Reflexión de Mons. Enrique Díaz

1 de enero 2025, Santa María Madre de Dios

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Mons. Enrique Díaz Díaz comparte con los lectores de Exaudi su reflexión sobre el Evangelio de este 1 de Enero de 2025 , titulado: “Que, con María, con Jesús, construyamos la paz”

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Números 6,22-27: “Invocarán mi nombre y yo los bendeciré”

Salmo 66: “Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos”

Gálatas 4,4-7: “Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer”

San Lucas 2, 16-21: “Encontraron a María, a José y al niño. Al cumplirse los ocho días, le pusieron por nombre Jesús”

Día primero del año. Estrenamos nuevo regalo: el tiempo de Dios se hace pequeño para que lo podamos asumir nosotros y participemos de su historia. Iniciamos un nuevo año y lo hacemos como lo proclama la liturgia de este día con la bendición y la presencia de Dios en nuestras vidas. La tarea será descubrir ese rostro amoroso y providente de Dios que se hace manifiesto en cada momento.


Este año 2025 está señalado como Año Santo y el Papa nos invita en esta jornada mundial por la paz diciendo: “Al inicio de este nuevo año que nos da el Padre celestial, tiempo jubilar dedicado a la esperanza, dirijo mi más sincero deseo de paz a toda mujer y hombre, en particular a quien se siente postrado por su propia condición existencial, condenado por sus propios errores, aplastado por el juicio de los otros, y ya no logra divisar ninguna perspectiva para su propia vida. A todos ustedes, esperanza y paz, porque este es un Año de gracia que proviene del Corazón del Redentor.”

Hay quienes miran con pesimismo el año que comienza y ya están sembrando dudas y temores… el verdadero discípulo de Jesús, sin dejar de mirar la realidad, tendrá que sembrar esperanzas y sano optimismo para escribir las primeras palabras en este libro nuevecito que estamos por estrenar. Este día está marcado por muchas celebraciones que nos quisieran impulsar para tomar fuerzas y esperanza. Celebramos la jornada mundial por la paz y es uno de los ámbitos donde tendremos que trabajar arduamente y con la fe en el Señor. El Papa Francisco en su mensaje nos hace reflexionar en que no habrá paz si hay esclavitud, de cualquier esclavitud que se trate y en medio de nosotros se dan muchas esclavitudes.  Nos pide: “Que el 2025 sea un año en el que crezca la paz. Esa paz real y duradera, que no se detiene en las objeciones de los contratos o en las mesas de compromisos humanos”.

 Teniendo presente el lema de este año: “Perdona nuestras ofensas y concédenos la paz” Nos dice que: “Busquemos la verdadera paz, que es dada por Dios a un corazón desarmado: un corazón que no se empecina en calcular lo que es mío y lo que es tuyo; un corazón que disipa el egoísmo en la prontitud de ir al encuentro de los demás; un corazón que no duda en reconocerse deudor respecto a Dios y por eso está dispuesto a perdonar las deudas que oprimen al prójimo; un corazón que supera el desaliento por el futuro con la esperanza de que toda persona es un bien para este mundo”.  En el contexto actual es necesario más que nunca que la Palabra de Dios sea fuente de reconciliación, de liberación y de paz. En ella nos podremos anclar para luchar por encontrar caminos que nos ayuden a construir la verdadera paz. Cristo es nuestra paz y puede derribar los muros del odio. Es verdad que el año se inicia con graves conflictos, con tensiones y agresiones… pero también es verdad que nosotros tenemos nuestra mirada fija en Cristo que puede darnos la verdadera paz. Hay quienes han querido utilizar la religión como sustento de sus conflictos, pero la verdadera imagen de Dios siempre nos llevará a descubrir en el otro un hermano y a buscar construir un mundo, casa de todos. Que hoy renovemos este compromiso grande de construir la paz en nuestros pueblos, en nuestros hogares y en nuestra propia persona. Como modelo de lucha, de escucha de la Palabra y de verdadera entrega, hoy nos presenta la Iglesia a María Madre de Dios. Es María, la pequeñita, que con su “sí” comprometido asume la responsabilidad de dar vida a Jesús y presentarlo hecho carne a todos los hombres, que ella también hoy nos acompañe y nos ayude a descubrir el rostro de Jesús, a dar un sí que nos comprometa a presentar también hoy ese mismo rostro de Jesús a nuestro mundo tan desalentado y triste. Que, con María, con Jesús, construyamos la paz.

Feliz 2025