Los obispos de Puerto Rico han manifestado su postura ante las situaciones de violencia y muerte contra mujeres en el país en un mensaje publicado el 7 de mayo de 2021 por el semanario católico El Visitante.
En enero de 2021, el Gobierno declaró en estado de emergencia la isla ante el considerable número de feminicidos. Así, en el texto difundido se explica cómo “la cultura de la vida nace del corazón mismo de Dios y requiere de todos un compromiso permanente para que crezca el respeto por la integridad de toda persona”. Por ello, continúa, “hiere profundamente ver brotar las lágrimas en nuestro pueblo por los asesinatos cometidos una vez más en contra de mujeres -y de un bebé en el vientre materno-, de la manera vil y atroz en que han acontecido los hechos”.
Este “grito de dolor” sube “hasta el cielo”, “tiene que estremecernos y reclama de nuestra parte, como creyentes, el abrazo, la denuncia de todo atentado contra el sagrado don de la vida, y el más firme compromiso para contribuir a superar esta situación junto con nuestro pueblo”, expresan los prelados.
Del mismo modo, se sienten urgidos a “ponernos en el lugar de toda persona agredida, fomentando diálogos personales y grupales a todos los niveles en nuestras comunidades, que nos lleven a escuchar y compartir desde el alma lo que llevamos por dentro”.
Soluciones conjuntas
Los pastores puertorriqueños también se muestran dispuestos a colaborar “con nuestra gente en las búsquedas de soluciones desde las mismas familias, grupos, asociaciones e iglesias, procurando identificar las tendencias culturales que se han deteriorado, patrones que hemos asumido consciente o inconscientemente, y que llevan a ver falsamente a otras personas como si se tratara de propiedades personales”.
“Con frecuencia se sustituye el valor sagrado de cada ser humano por intereses materiales, se abusa e ignora a las personas más indefensas, y se anida en la mente y en las relaciones la violencia y el atropello verbal, emocional o físico, especialmente contra las mujeres”, recuerda el mensaje.
Además, los miembros del episcopado se comprometen a orar “y a seguir profundizando en esta situación con todo agente pastoral, toda persona que ejerza la catequesis, los servicios, la educación, el liderato de movimientos, los ministerios laicales y ordenados, los jóvenes, y especialmente la pastoral pre matrimonial y familiar”.
Apoyo y acompañamiento
Por otra parte, los obispos convocan a profesionales que estén disponibles para “el apoyo y la consejería, el acompañamiento y la escucha, para generar espacios de acogida y refugio, para respaldar las instituciones e iniciativas que sabemos proveen socorro a las personas agredidas”.
De hecho “algunos de estos servicios han brotado precisamente desde la Iglesia. El espacio de confidencialidad y ayuda incondicional y gratuita que caracteriza la pastoral de la Iglesia estará siempre disponible como un don especial en medio de las necesidades urgentes que estamos enfrentando”.
Identificar patrones y causas
Asimismo, han exhortado “a los líderes del Gobierno y expertos a que se le dé una mirada sistémica a toda esta situación, que incluye el análisis profundo de la frustración que sienten las personas frente al empobrecimiento y la falsa ilusión de felicidad de una sociedad desenfrenada en el consumismo”.
Y llaman a identificar “los patrones machistas y sus causas; compartamos estrategias para la reconstrucción y sanación de la figura masculina; toquemos las heridas que se arrastran y que con frecuencia provienen de maltratos ocurridos en la infancia y que no reciben atención a tiempo”.