Varias decenas de cubanos se congregaron en el Vaticano el domingo 24 de octubre de 2021 para realizar una protesta en la plaza de San Pedro contra la dictadura y la represión en Cuba. El objetivo de esta convocatoria era respaldar la gran movilización que la oposición prepara contra el Gobierno de Cuba, que éste ha prohibido, prevista para el próximo 15 de noviembre.
La concentración se produjo mientras el Santo Padre rezaba el Ángelus y, dado que la plaza de san Pedro no se permiten las protestas políticas, sean de la índole que sean, la policía no les permitió entrar. Igualmente, a los que lo hicieron, se les retiraron las banderas. Con este gesto, el Vaticano no apoya la represión ni la falta de libertad de cualquier ciudadano, pero sí evita que la plaza de San Pedro se emplee para fines de carácter político.
Ante ello, los manifestantes salieron de la plaza y continuaron la protesta de modo pacífico en la avenida de la Conciliación, frente a la propia plaza de San Pedro.
Palabras del Papa sobre Cuba
La última vez que el Papa Francisco habló sobre la situación en Cuba fue el pasado mes de julio, tras el Ángelus del domingo 18. El Santo Padre manifestó que estaba cerca del “querido pueblo” de Cuba “en estos momentos difíciles, especialmente de las familias que más sufren”.
Francisco oró al Señor “para que lo ayude a construir en paz, diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna”, exhortando a todos los cubanos “a encomendarse a la protección materna de la Virgen María de la Caridad del Cobre”, pues, “Ella los acompañará en este camino”.
Declaraciones de la Iglesia en Cuba
Ante las protestas contra el Gobierno iniciadas en Cuba el pasado 11 de julio, los obispos cubanos emitieron un comunicado en el que exhortaron a construir la Patria buscando “acuerdos comunes y se den pasos concretos y tangibles que contribuyan, con el aporte de todos los cubanos sin exclusión”.
En el documento, los prelados expresaron no poder “cerrar los ojos o entornar la mirada, como si nada estuviera sucediendo, ante los acontecimientos que ha vivido” el pueblo cubano el 11 de julio, en el que, a pesar de las restricciones por COVID, los ciudadanos salieron a la calle a manifestar “su malestar por el deterioro de la situación económica y social que vive nuestro pueblo y que se ha acentuado de manera significativa”.
“Entendemos que el Gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades, pero también comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”, aseveraron.
Del mismo modo, los miembros del Episcopado subrayaron su preocupación por que “las respuestas a esos reclamos sea el inmovilismo que contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos. No solo vemos que las situaciones se agravan, sino, también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”.