Presentación de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2021

Que ninguna víctima sea olvidada

Presentación Migrantes Refugiados 2021
Cardenal Czerny durante presentación del Mensaje para la 107 Jornada del Migrante y Refugiado © Exaudi. Deborah Castellano

“No solo existe la ruta del Mediterráneo, sino muchas otras en el mundo, y queremos asegurarnos de que ninguna de las víctimas sea olvidada”, dijo el padre Fabio Baggio durante la presentación del mensaje del Papa Francisco para la 107ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el domingo 26 de septiembre de 2021 sobre el tema: “Hacia un nosotros cada vez más grande”. El subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral recordó el modus operandi basado en el acompañamiento, según las directrices del Papa: “Desde Lampedusa el Santo Padre nunca se ha bajado de la barca, ha seguido viajando con estas personas y a menudo expresa toda su cercanía, así como las Iglesias locales que tratan de seguir manteniendo los ojos abiertos”.

En la rueda de prensa, en la que también se presentó el primer vídeo inédito del Papa para la campaña de preparación de la Jornada, con el conmovedor testimonio del obispo de El Paso, monseñor Mark Seitz, participaron, además de Baggio, el también subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Michael Czerny, de la Sección de Migrantes y Refugiados, y la hermana Alessandra Smerilli.

También intervinieron a distancia Mons. Paul McAleenan, obispo auxiliar de Westminster, y Sarah Teather, directora del Servicio Jesuita a Refugiados del Reino Unido.

Padre Baggio

Padre Baggio © Exaudi. Deborah Castellano

El Padre Baggio dijo en su intervención: “También este año el Santo Padre ha querido publicar su tradicional mensaje dedicado a esta ocasión, con mucha antelación para que haya tiempo suficiente para preparar el evento. El título elegido para el Mensaje de este año es ‘Hacia un nosotros cada vez más grande’”.

“Como explica el propio Papa Francisco, es una llamada para que ‘al final ya no haya ‘otros’, sino sólo un ‘nosotros’ (Fratelli tutti, 35). Y este ‘nosotros’ universal debe hacerse realidad, en primer lugar, dentro de la Iglesia, que está llamada a hacer comunión en la diversidad”, añade.

Principales puntos del Mensaje

El mensaje, explicado por el sacerdote, “consta de seis puntos principales, todos ellos relacionados con el nosotros que estamos llamados a construir. El primer punto se refiere a la dimensión del nosotros, que debe aspirar a ser tan grande como la humanidad, en plena correspondencia con el plan creador y salvífico de Dios. El segundo punto es una aplicación del nosotros a la Iglesia, llamada a ser un hogar y una familia para cada bautizado. El tercer punto es una referencia a la “Iglesia en salida”, tan querida por el Santo Padre, llamada a salir al encuentro “para curar a quien está herido y buscar a quien está perdido, […], dispuesta a ensanchar el espacio de su tienda para acoger a todos”.

El cuarto punto, continúa, “se refiere al futuro de nuestras sociedades, que sólo se verá coloreado por la armonía y la paz si aprendemos a vivir juntos. El quinto punto retoma otro tema muy querido por el Papa Francisco: la Casa Común, para cuyo cuidado es necesario asegurar un nosotros que asuma seriamente sus responsabilidades”. Y “el último punto es una invitación a soñar juntos, como una sola humanidad, como compañeros de viaje que se han dado cuenta de que tener un destino común da mucho más sentido al viaje”.

Asimismo, el padre Baggio ha indicado que con el fin de promover una adecuada preparación para la celebración de este día, la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha elaborado “una campaña de comunicación a través de la cual se elaborarán los seis puntos propuestos por el Mensaje. En los próximos meses se presentarán subsidios multimedia, material informativo y reflexiones de teólogos y expertos que ayudarán a profundizar en el Mensaje del Santo Padre”.

Sor Alessandra Smerilli

Sor Alessandra Smerilli © Exaudi. Deborah Castellano

“¡El tiempo presente nos muestra que el nosotros querido por Dios está roto y fragmentado, herido y desfigurado!”, comenta la hermana Smerilli en su intervención.

Para la religiosa “no es difícil ver en el ámbito económico este nosotros desfigurado y la pandemia lo ha hecho más evidente: las finanzas, que tienen como vocación original la inclusión, poner en contacto a los que tienen capital con los que quieren desarrollar proyectos y carecen de medios, se han convertido en la mayoría de los casos en pura especulación”. De este modo, invita a pensar “en las operaciones especulativas sobre los productos alimenticios, que corren el riesgo de dejar a países enteros sin acceso a los alimentos a causa del aumento de los precios. y los más pobres se ven obligados a emigrar” y “en las crecientes desigualdades, económicas, tecnológicas y de acceso a la sanidad”.


Así, aclara “mientras la lógica imperante siga siendo: ‘qué es lo mejor para mí’ y no cuál es mi parte en una acción que será lo mejor para todos nosotros y para nuestra casa común”, no será posible sanar una economía enferma”.

Signos de esperanza

No obstante, la hermana también ha hablado de que existen: signos de esperanza para “lograr un desarrollo más sostenible, equilibrado e inclusivo”. En primer lugar, la Comisión COVID-19, “deseada por el Papa Francisco, por ejemplo, está trabajando en esta dirección: ‘Preparad el futuro’ nos pidió el Papa Francisco. Comida, trabajo y salud para todos son nuestras prioridades”. Y, ¿cómo hacerlo?, plantea, “escuchando, dando voz a los que no tienen voz, reuniendo a los que tienen ideas innovadoras y a los que toman decisiones, estando ahí, con la inspiración y el realismo que sólo el Evangelio puede dar”.

Otro gran signo de esperanza está vinculado al proceso de la Economía de Francisco: “gracias a un llamamiento del Papa Francisco para cambiar la economía actual y dar un alma a la economía del futuro, más de 2000 jóvenes economistas de 120 países de todo el mundo se están formando y trabajan juntos en proyectos de transformación de la economía. Se encuentran online, trabajan en sus propios territorios”.

Los jóvenes de la Economía de Francisco, resalta, “quieren que los pobres, los descartados, los excluidos, los migrantes y los refugiados se coloquen en el centro de la economía: juntos se puede volver a empezar para un nosotros que tenga el sabor del Evangelio”.

Cardenal Czerny: Superar el egoísmo

El subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral apunta que en Fratelli tutti, “el Santo Padre expresaba claramente su preocupación por el futuro tras la crisis sanitaria. ¿Y si el individualismo egoísta y el aislacionismo se afianzasen aún más, dejando a los vulnerables y terriblemente marginados todavía más atrás?”.

Así, prosigue, como dice Francisco, “podemos salir de la pandemia mejores o peores. Podemos aprender a ser mejores hermanos y hermanas, o podemos hundirnos más en la preocupación obsesiva sólo por nosotros mismos, ‘lo nuestro’”. Esto es lo que diferenció a los primeros caminantes del buen samaritano, el “ensimismamiento” que les hizo apartar la vista de la víctima medio muerto.El purpurado apuntó cómo Francisco también utiliza la expresión “todos estamos en la misma barca” con respecto a la emergencia de la COVID-19”, pues “todos sufrimos de manera diferente”. En este sentido, cuestiona: “¿Qué ocurre cuando todos los supervivientes de un bote salvavidas deben contribuir a remar hasta la orilla? ¿Qué pasa si algunos se llevan más de su parte de las raciones, dejando a otros demasiado débiles para remar? El riesgo es que todos perezcan, tanto los bien alimentados como los hambrientos”. En esta línea, sostiene, “ensanchar la actitud del buen samaritano – superando el egoísmo y cuidando de todos – es esencial para la supervivencia”.

Finalmente, el cardenal Czerny describe que en Fratelli tutti el Obispo de Roma presenta una tercera perspectiva sobre un futuro en el que ya no habrá “otros”, sino sólo “nosotros”: “Reconstruyamos la familia humana en toda su belleza reconociendo al otro como riqueza, como cargado de esos talentos que hacen a los demás singularmente diferentes de mí: ‘la llegada de personas diferentes, que proceden de un contexto vital y cultural distinto, se convierte en un don’. “Sólo la aceptación de este ‘don’ hace posible la construcción de ‘un nosotros cada vez más grande’ que, en última instancia, alcanza a toda la humanidad”.

Y a los que dicen que hay que ayudar primero a los suyos, ¿qué responderles? “Que en un mundo interconectado debemos entender que, como nos recuerda el Papa, especialmente con esta pandemia, todos estamos en el mismo barco y si no lo entendemos nunca saldremos de él”, explica la hermana Smerilli poniendo un ejemplo: “Si las vacunas no llegan a todo el mundo, no nos salvaremos”. Es inútil pensar primero en los propios ciudadanos y luego en los demás, se aplica a la economía, pero no solo a ella. Si queremos poner fin a la trágica situación que estamos viviendo, los economistas dirían que sería prudente ayudar a todos”.

El drama de Venezuela

El padre Baggio también aludió al drama de los migrantes de Venezuela con “datos que siguen aumentando”. El Dicasterio ha seguido las indicaciones del Papa: “Acompañar a las Iglesias locales facilitando al máximo su trabajo”.

Baggio citó el proyecto “Puentes de solidaridad”, en el que participan 10 conferencias episcopales. Ahora este programa ha sido asumido por el Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM, a través de una red de todos los países latinoamericanos, ‘Red de amor’, que ha sumado todos los otros programas que se venían haciendo, recibiendo el aplauso de grandes organizaciones que trabajan en el territorio con atención a este flujo migratorio”.