Ya ha comenzado… Es en agosto, el mes más tranquilo y perezoso del año, cuando los primeros avisos del nuevo curso empiezan a aparecer. A través del WhatsApp, te llegan esos recordatorios: “Ya puedes inscribirte para la nueva temporada de fútbol 2024/2025. Reserva tu plaza llamando a la oficina o registrándote en la página web del club. ¡Estamos deseando contar contigo!”. Con ese mensaje, la calma veraniega empieza a disiparse, especialmente si finaliza con un urgente: “¡Reserva ya! No queremos que te quedes sin plaza”. Y es que la sombra del curso es muy alargada…
Pero calma. No inscribas a tu hijo sin pensarlo dos veces. No cedas a la presión de que se quede fuera de juego:
- Lo primero que debemos hacer es hablar con el niño: ¿realmente quiere continuar con la misma actividad, o el verano ha despertado en él nuevas curiosidades o intereses? Aprovecha esta oportunidad para escucharlo de verdad, sin distracciones, prestándole toda tu atención. Que este momento de decisión fortalezca la confianza mutua.
- También debemos considerar con realismo y sinceridad el impacto de la actividad en la familia: tiempo, dinero, etc. Quizás podamos encontrar la misma actividad más cerca de casa o en un horario más conveniente.
- Finalmente, debemos reflexionar sobre un tema cada vez más necesario: ¿Las actividades a las que asisten nuestros hijos contribuyen a su crecimiento humano? ¿Son espacios que, aunque no enseñen virtudes explícitamente, al menos no descuidan los valores (elegancia, caballerosidad, respeto, etc.)? Por ejemplo, un equipo fútbol o un grupo de baile que valore a las personas, especialmente a los niños, por encima de la competitividad y el triunfo a cualquier costo. Equipos donde los entrenadores cuiden su lenguaje y eviten la agresividad, la grosería o las blasfemias. Es un excelente momento para que tanto niños como adultos practiquen el autocontrol, algo muy necesario.
«Mamá, quiero ser artista»
Si tus hijos te han dicho: “Mamá, quiero ser artista”, considera algunos aspectos específicos de este campo. Si quieren bailar, asegúrate de que lo hagan en un lugar donde los profesores tengan buena formación y enseñen posturas correctas, sin hipersexualizar, con gestos cuidados y controlados. Es fácil caer en estereotipos dañinos y que no enseñan a ser verdaderos artistas. Cuida la parte artística de tus hijos. Investiga bien y asegúrate de que los dejas en buenas manos: revisa fotos de actuaciones anteriores, pregunta… Y si tienes la suerte de que Jana Producciones esté en tu ciudad, ya te estoy envidiando.
Artes marciales, boxeo… Asegúrate de que inculcan el legado de Spiderman: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Las técnicas de judo o los golpes no deben salir del tatami o del ring.
Debemos ser conscientes de que sólo nosotros, los padres, defenderemos a nuestros hijos como se debe. El profesor de baile o la monitora de natación puede que no se den cuenta si tu hijo está agotado. Tienes que estar tú pendiente. Nadie lo hará por ti.
Cuidar su descanso
Sé realista. Asegúrate de que a lo largo de la semana tenga tiempo para descansar y reflexionar. Sólo cuando estamos descansados somos capaces de crecer y marcarnos metas en nuestra vida interior. Cuando estamos agotados, sabemos que no podemos con nada. Defiende y reserva un tiempo semanal para el crecimiento personal: clubes, parroquias, movimientos, etc., serán tus grandes aliados en la verdadera formación y felicidad de tus hijos.
El cultivo del alma es como practicar deporte o aprender idiomas: si no lo cuidas, lo poco que hayas conseguido se perderá más rápido de lo que imaginas. Si este tema es tu prioridad, si la fe de tu hijo es lo más importante, deja que sea el único tema que altere la tan necesaria paz del verano. Why not?