Tras el rezo del Ángelus de este domingo, 15 de agosto de 2021, solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Papa Francisco ha manifestado su preocupación por la dramática situación de Afganistán y pide oración para el cese de las armas y se encuentren soluciones en la mesa del diálogo. Asimismo, se ha referido a las víctimas del terremoto de Haití ocurrido ayer: “¡Que la solidaridad de todos alivie las consecuencias de la tragedia! Recemos juntos a la Virgen por Haití. Dios te salve, María…”.
A continuación, como cada domingo, saludó a los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, invitando “a hacer un bonito gesto hoy: ir a un santuario mariano para venerar a la Virgen; los que estén en Roma pueden ir a rezar ante el icono de la Salus Populi Romani en la basílica de Santa María la Mayor”.
Estas son las palabras del Papa después de la oración mariana:
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Palabras del Papa
Queridos hermanos y hermanas:
Me uno a la preocupación unánime por la situación en Afganistán. Les pido que recen conmigo al Dios de la paz para que cese el estruendo de las armas y se encuentren soluciones en la mesa del diálogo. Solo así la atormentada población de ese país -hombres, mujeres, ancianos y niños- podrá volver a sus hogares y vivir en paz y seguridad con pleno respeto mutuo.
En las últimas horas se ha producido un fuerte terremoto en Haití, que ha causado numerosos muertos, heridos y cuantiosos daños materiales. Quisiera expresar mi cercanía a esa querida población que ha sido duramente golpeada por el sismo. Mientras elevo mis oraciones al Señor por las víctimas, dirijo mi palabra de aliento a los sobrevivientes, esperando que la comunidad internacional se interese por ellos. ¡Que la solidaridad de todos alivie las consecuencias de la tragedia! Recemos juntos a la Virgen por Haití. Dios te salve, María…
Saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos de varios países: familias, asociaciones y fieles individuales. En particular, saludo al grupo de Santa Giustina in Colle, a los jóvenes de Carugate, a los de Sabbio Bergamasco y a los de Verona.
También quiero dirigir mis pensamientos a todos los que están pasando estos días feriados en torno a la Fiesta de la Asunción en sus distintos lugares de vacaciones: les deseo serenidad y paz. Sin embargo, no puedo olvidar a los que no pueden irse de vacaciones, a los que permanecen al servicio de la comunidad y también a los que se encuentran en circunstancias difíciles, agravadas por el fuerte calor y el cierre de algunos servicios por las vacaciones. Pienso especialmente en los enfermos, los ancianos, los presos, los desempleados, los refugiados y todos aquellos que están solos o en dificultades. Que María extienda su protección maternal a cada uno de ellos.
Los invito a hacer un bonito gesto hoy: ir a un santuario mariano para venerar a la Virgen; los que estén en Roma pueden ir a rezar ante el icono de la Salus Populi Romani en la Basílica de Santa María la Mayor.
Les deseo a todos un buen domingo y una feliz fiesta de la Asunción. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Que tengan un buen almuerzo y adiós!