En una audiencia celebrada en el Palacio Apostólico, el Papa Francisco recibió a atletas y miembros de la Asociación Austriaca de Esquí, una federación deportiva con una rica historia que se remonta a 1905. En el marco de los Campeonatos del Mundo de Esquí 2025, el Papa instó a los presentes a contribuir a un mundo más fraterno, en sintonía con las maravillas naturales de su país.
Durante su discurso, el Santo Padre destacó la importancia de los valores que el deporte representa: «constancia, sinceridad, amistad y solidaridad». En este contexto, alentó a los atletas a cultivar y promover estos principios en sus vidas y carreras.
La belleza de la naturaleza austriaca
Ski Austria, con sede en Innsbruck, se erige como una de las federaciones deportivas más antiguas del país, dedicándose a promover diversas actividades de esquí y destacando los logros de sus atletas. Austria, conocida por su rica tradición en esquí alpino y nórdico, fue elogiada por el Papa, quien mencionó: «Su patria, rica en montañas majestuosas, ofrece excelentes oportunidades para los deportes alpinos».
El deporte como generador de fraternidad
El Papa Francisco subrayó que el deporte no solo es una actividad física, sino también un medio para crear lazos de fraternidad. «El deporte crea fraternidad», afirmó, invitando a los presentes a cantar, en medio de la naturaleza, el himno de su país y un himno de alabanza al Creador. En este sentido, el Santo Padre instó a los atletas a llevar consigo los valores del deporte, contribuyendo así a un mundo más unido y solidario.
Una solicitud de oración
Al finalizar su encuentro, el Papa confió a todos los presentes a la protección de sus Ángeles Custodios, deseando que los guíen y protejan. Con un tono cercano, compartió: «Rezo por ustedes y ustedes recen por mí», añadiendo en alemán: «Diese Arbeit ist nicht einfach!» que se traduce como «¡Este trabajo no es fácil!». Agradeció a los atletas por su compromiso y esfuerzo en la promoción de estos valores en el ámbito deportivo.
Estas son las palabras del Santo Padre:
Estimado Monseñor Lackner
Excelencia,
queridos atletas, queridos amigos,
Saludo cordialmente a ustedes, que han venido de Austria al Vaticano para reunirse con el Sucesor de Pedro.
Su patria, rica en majestuosas montañas, ofrece excelentes oportunidades para los deportes alpinos. Su Asociación Ski Austria, fundada en 1905, tiene como objetivo promover a nivel nacional las diversas actividades de esquí, especialmente a los atletas en sus prestaciones más destacadas. Me gustaría animarlos a todos ustedes a cultivar siempre en sus esfuerzos los valores inherentes al deporte: perseverancia, sinceridad, amistad, solidaridad. De este modo, aportan su contribución a un mundo más fraternal -porque el deporte hace la fraternidad- para cantar, en medio de las maravillas de la naturaleza de su país, el himno de alabanza al Creador.
Que el Señor los acompañe y que los Ángeles Custodios los protejan de todo peligro. Yo rezo por ustedes y ustedes recen por mí. ¡Ich bete für Sie, beten Sie für mich: Diese Arbeit ist nicht einfach! Vielen Dank.