Polonia: Brutal irrupción policial en el monasterio dominicano de Lublín

Una irrupción sin precedentes en el convento de los dominicos en Lublín genera indignación y cuestionamientos sobre la legalidad y el respeto a los derechos religiosos en Polonia

Parecía una escena de una película policíaca con un asalto de agentes a un escondite de criminales: la entrada al edificio de seis policías encapuchados, “armados” también con cámaras fotográficas, drones volando en el aire; los policías registrando las habitaciones y fotografiando el interior: la acción duró dos horas. El problema es que no se trata de una ficción, sino de un hecho realmente ocurrido en Lublín, donde el 19 de diciembre de 2024, por orden de la Fiscalía Nacional, los agentes irrumpieron en el histórico convento de los padres dominicos, violando y profanando las celdas de los monjes. Escenas dignas de un país totalitario, no de un país que se proclama democrático como la República de Polonia gobernada por Tusk.

Según documentos oficiales, el objetivo de esta vergonzosa acción era la búsqueda del diputado Marcin Romanowski, buscado con una orden de arresto. Sin embargo, ¿por qué se buscaba al Sr. Romanowski en el convento de Lublín? ¿En qué se basaban? El registro previsto por el código de procedimiento penal (art. 219 del código penal) presupone la sospecha razonable de la presencia de un investigado en un lugar determinado. Pero ya el 19 de diciembre los medios progubernamentales informaban abiertamente que el diputado estaba en el extranjero: se hablaba de España o Hungría. Entonces, lo que ocurrió fue una farsa, una acción de puro carácter demostrativo y represivo.

Esta irrupción, brutal y sin precedentes, en el monasterio dominicano de San Estanislao en Lublín ha suscitado una gran indignación en varios sectores de la sociedad polaca. Según la Asociación de Abogados por Polonia, no solo se han violado las leyes nacionales: el gobierno ha violado el art. 8, párrafo 3 del Concordato entre la Santa Sede y la República de Polonia. «Este documento – escriben los abogados – garantiza claramente la inviolabilidad de los lugares de culto y cualquier actividad en tales lugares es posible solo con el consentimiento de las autoridades eclesiásticas o en situaciones excepcionales en las que la vida, la salud o la propiedad están en riesgo». «¿Qué vida, la salud de quién estaba en riesgo en esta grotesca operación? – se preguntan retóricamente».

Los Abogados por Polonia no tienen dudas acerca de las motivaciones de las autoridades del actual gobierno: «El objetivo de esta acción no era hacer cumplir la ley o la justicia, sino humillar al clero y escribir otro capítulo en la guerra política contra la Iglesia católica. El gobierno, que desde hace tiempo denuncia obsesivamente la influencia católica en Polonia, ha decidido dar un paso más y lanzar un ataque simbólico a uno de los bastiones de la espiritualidad». ¿Más claro?


Los abogados condenando firmemente esta acción vergonzosa, invitan a los que tienen el poder a dar un paso atrás. «Cada nuevo caso de violación de la ley nos aleja del grupo de países civilizados y conduce a Polonia hacia el abismo del autoritarismo. Pedimos el castigo inmediato de los responsables y el restablecimiento del respeto a la ley y las normas éticas en las acciones del Estado» – insisten los abogados.

A la vergonzosa acción de la policía también han reaccionado los propios dominicos. El padre Łukasz Wiśniewski, provincial polaco de los dominicos, en una carta dirigida al padre Dariusz Wilk CSMA, presidente de la Conferencia de Superiores Mayores de Órdenes Religiosas Masculinas en Polonia, escribió: «El caso es sorprendente porque ninguno de los hermanos del monasterio de Lublín conoce al Sr. Romanowski o ha hablado alguna vez con él. Además, el Sr. Romanowski no tiene contactos con el monasterio de Lublín. Al mismo tiempo, en el momento del registro, los medios ya habían informado que el Sr. Romanowski se encontraba en Hungría, donde se le había concedido asilo político. La búsqueda es un acto sin precedentes. Lo que es impactante es el hecho de que los hermanos fueran sospechosos de haber ocultado a un hombre buscado con una orden de arresto». En esta desagradable situación, los dominicos han decidido presentar una denuncia ante la Fiscalía Nacional denunciando las acciones emprendidas. «Como Provincia presentaremos una solicitud para acceder a los documentos relacionados con los motivos por los que se sospechaba que el Sr. Romanowski estaba escondido en el monasterio de Lublín» – declaran los frailes.

¿Qué está pasando en Polonia gobernada por políticos apoyados por las oligarquías de Bruselas, por políticos que querían restaurar el estado de derecho y violan continuamente la Constitución y las leyes? Según los Abogados por Polonia «la irrupción en el convento de Lublín se realizó bajo la égida de la Fiscalía Nacional, que desde enero de 2024 ha sido tomada por el político Adam Bodnar y sus fiscales títeres. En lugar de hacer cumplir la ley, han llevado la institución a un estado de caos y anarquía. No es por nada que las sentencias del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional destacan violaciones devastadoras en el funcionamiento de esta institución». Entonces surge la pregunta: ¿Por qué en Bruselas no reaccionan los supuestos defensores de la legalidad y la justicia que atacaban a la Polonia del anterior gobierno conservador y privaban al país de los fondos europeos?