Siguiendo la indicación del Papa sobre la tarea de servicio de la Iglesia en el campo de la salud, la Santa Sede pone en marcha un plan de recuperación para el hospital San Giovanni Calibita-Fatebenefratelli de Roma, informa una nota difundida hoy, 21 de octubre de 2021, por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
“A la luz de lo afirmado por el Santo Padre Francisco durante el Ángelus en el Hospital Universitario Agostino Gemelli el pasado 11 de julio sobre la tarea de servicio de la Iglesia en el sector sanitario, las autoridades eclesiásticas competentes, con la colaboración de otras instituciones sin ánimo de lucro, se han comprometido a resolver la crisis económica y de gestión que atraviesa desde hace tiempo el Hospital San Giovanni Calibita-Fatebenefratelli de la Isla Tiberina de Roma”, se lee en el comunicado.
Asimismo, la nota indica que “teniendo en cuenta el alto valor espiritual y moral que representa el hospital -en el sentido de un testimonio evangélico de atención y cuidado de los enfermos, con humanidad y profesionalidad, llevado a cabo desde hace más de cuatro siglos- se ha puesto en marcha un plan de saneamiento que, en cumplimiento de la normativa vigente y en diálogo con las partes implicadas de diversas maneras, le permita seguir desempeñando el papel que le ha caracterizado hasta ahora en el ámbito de la sanidad católica”.
Finalmente, en el texto se desea expresar “el debido agradecimiento al Grupo San Donato, en las personas de sus vicepresidentes Paolo Rotelli y Kamel Ghribi, y del consejero delegado Francesco Giosuè Galli, por la intervención acordada con la Casa Generalicia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (Fatebenefratelli), destinada a evitar un posterior agravamiento de la crisis actual y a encontrar una solución definitiva a la misma”.
Palabras del Papa Francisco
Efectivamente, en el Ángelus del 11 de julio, unos días antes de ser dado de alta tras ser operado de colon, el Santo Padre expresó que “en estos días de hospitalización, he experimentado una vez más lo importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos, como el que hay en Italia y en otros países. Un servicio sanitario gratuito que garantice un buen servicio accesible para todos”. “No debemos perder este bien tan precioso”, prosiguió “¡Tenemos que mantenerlo! Y para ello debemos esforzarnos todos, porque sirve a todos y requiere la contribución de todos”.
“También en la Iglesia pasa a veces que alguna institución sanitaria, debido a una gestión inadecuada, no va bien económicamente, y el primer pensamiento que se nos ocurre es venderla. Pero la vocación, en la Iglesia, no es tener dinero, es hacer un servicio, y el servicio es siempre gratuito. No os olvidéis de esto: salvar las instituciones gratuitas”, expuso.