En una solemne ceremonia, realizada el jueves 17 de junio de 2021, monseñor David Martínez de Aguirre, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, Perú, realizó la bendición y colocación de la primera piedra del Centro de Pastoral – Administrativo del vicariato, en las instalaciones de la Misión de San Jacinto, provincia de Tambopata.
Según relata la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), este nuevo ambiente, que terminará de construirse en febrero de 2022, albergará las oficinas de acción social, pastoral y administrativa del vicariato y la Oficina Diocesana de Educación Católica de Puerto Maldonado. También estarán las sedes de Cáritas Madre de Dios, Radio Madre de Dios y RESSOP.
Prioridades de la misión en la selva peruana
En una entrevista con la revista Selvas Amazónicas de los Misioneros Dominicos, enviada a la Agencia Fides, Mons. Aguirre, misionero en Perú desde el año 2000, señala que las prioridades de la Iglesia en esta difícil área de evangelización han sido definidas por las 80.000 voces de la Amazonía escuchadas para la elaboración del documento de trabajo para el Sínodo sobre la Amazonía. Después son descritas por los núcleos temáticos de “Querida Amazonia”.
“El primer desafío es que los pueblos tomen posesión de la Iglesia, deben sentirse parte de ella, deben sentirse sujetos de evangelización y no solo un objeto. Así, al descubrir la Buena Nueva, se convierten en verdaderos agentes de transformación de la realidad”, destaca, y dice que, para lograr este objetivo es necesario que, como Iglesia, “acompañemos a las culturas a través de la promoción de la formación y el desarrollo cultural”.
El obispo recuerda que la acción misionera en la selva siempre ha tomado el camino de la educación. Desde la catequesis en las parroquias y capillas de los caseríos, hasta las escuelas y ahora, con la idea de crear una Universidad Católica Panamazónica, podríamos “responder a los desafíos de la educación bilingüe e intercultural”. Sólo así, prosigue, “la Iglesia misionera podría contribuir realmente al desarrollo de la cultura amazónica según los valores del Evangelio”.
Experiencia misionera
Finalmente, el prelado reflexiona sobre la experiencia misionera de los dominicos en América Latina: “Creo que estamos en un momento crucial. Luego de los primeros cien años de actividad misionera, estamos en un momento muy importante en el que los dominicos estamos dando cada vez más espacio a la Iglesia local”.
Los frutos, concluye, “comienzan a verse, y son nuestras comunidades campesinas, cristianos que han tomado el lugar que dejaron los misioneros, de ellos nacieron vocaciones sacerdotales que con dedicación y entusiasmo animan a la mayoría de nuestras parroquias, sin embargo, no ha sucedido lo mismo entre los pueblos indígenas de la Amazonía, donde encontramos el entusiasmo por parte de los misioneros que vienen de otras latitudes, peruanos o extranjeros, pero en la Amazonia aún no nacen vocaciones locales, no lo hemos logrado”.