El Papa Francisco ha expresado “un gran dolor en el corazón por el empeoramiento de la situación en Ucrania”, y ha invitado a “creyentes y no creyentes” a una jornada de ayuno por la paz el próximo 2 de marzo de 2022, Miércoles de Ceniza, ya que Jesús “nos ha enseñado que a la diabólica insensatez de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno”. Son palabras dirigidas al final de la audiencia general de este miércoles, 23 de febrero, previas al saludo a los fieles de lengua italiana.
Responsabilidad política e internacional
El Santo Padre ha señalado que, “a pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas, se abren escenarios cada vez más alarmantes” en el país eslavo. “Como yo”, continúa, “muchas personas de todo el mundo sienten angustia y preocupación. Una vez más la paz de todos se ve amenazada por intereses partidistas”.
Frente a esta grave situación, ha llamado “a los responsables políticos para que examinen seriamente su conciencia ante Dios, que es el Dios de la paz y no de la guerra; que es el Padre de todos, no sólo de algunos, que quiere que seamos hermanos y no enemigos”. Ha rogado a “todas las partes implicadas que se abstengan de llevar a cabo cualquier acción que pueda causar aún más sufrimiento a la población, desestabilizando la convivencia entre naciones y desacreditando el derecho internacional”.
Llamamientos por la paz
Después de la oración del Ángelus del pasado domingo 13 de febrero, el Papa pidió rezar en silencio por Ucrania, encomendando todo esfuerzo por la paz a la Virgen y a la conciencia de los políticos. Asimismo, en la audiencia general del día 9 del mismo mes, agradeció “a las personas de comunidades que el 26 de enero pasado se unieron a la oración por la paz” en el país, y suplicó a Dios para que “las tensiones y las amenazas de guerra sean superadas a través de un diálogo serio”.
Del mismo modo, el día 14, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, expresó la cercanía de la Santa Sede a la Iglesia católica de Ucrania y la solidaridad con el pueblo “en este difícil momento de escalada del conflicto en torno” a la nación. Lo hizo a través de una llamada telefónica a Su Beatitud Sviatoslav Schevchuk, arzobispo mayor de Kyiv-Halič.
Por su parte, el patriarca ecuménico Bartolomé I, aprovechando su homilía de la Misa del domingo 13 de febrero, hizo un llamamiento por la paz en el país, e invitó a seguir “el camino del diálogo” para hacer prevalecer “la estabilidad, la justicia”, y aseveró que la fuerza sólo causa “guerra, violencia, dolor y muerte”.