El Papa Francisco ha recibido en la mañana de hoy, viernes 27 de agosto de 2021, en el Aula Pablo VI del Palacio Apostólico Vaticano, a siete miembros de una delegación del Movimiento Laudato Si’. El presidente del Consejo de Administración, Tomás Insua, ha expresado la necesidad de abordar el cambio climático, a través de una conversión comunitaria.
En una entrevista concedida a Vatican News, el cofundador y director ejecutivo del antes llamado Movimiento Católico Mundial por el Clima confiesa que ha sido su “primera experiencia pública para hablar sobre el Movimiento con el Papa”. En el encuentro han participado destacados líderes como el cacique Dadá, de la Amazonía brasileña o el científico Greg Asner de Estados Unidos.
Tejer alianzas
Insua también ha contado que fue un cita en la que se habló con el Santo Padre “de cómo en la iglesia debemos tejer alianzas al exterior de la Iglesia, sea con pueblos indígenas, la comunidad científica o movimientos juveniles. Trabajar juntos por nuestra casa común en estos tiempos de grave urgencia”.
“Por lo largo que fue el encuentro fue una sorpresa, estuvimos 75 minutos juntos. Como diríamos en Argentina, ‘fue una palmada en la espalda’, como un apoyo, un aliento para que sigamos trabajando en este sentido, para que desde el Movimiento Laudato si’ sigamos tejiendo estas alianzas no sólo en el interior de la Iglesia sino también en el exterior de la Iglesia”, indica.
La Encíclica, una buena noticia
El cofundador del Movimiento ha subrayado al medio vaticano que la Encíclica Laudato Si’ es un instrumento para predicar la Buena Nueva del Evangelio de la creación. Concretamente, ha señalado que en el capítulo segundo, el Pontífice llama a “proclamar el Evangelio de la creación”. También ha relatado cómo Francisco les ha compartido su testimonio personal y que “fue evangelizado por los obispos brasileños en la cuestión ecológica”.
“La Encíclica nos da herramientas para resolver esta crisis de una forma nueva, que todavía no hemos hecho. Presenta, por un lado, la perspectiva de la ecología integral y por otro, la perspectiva de que la cuestión ambiental es social (…) esa conciencia de que las dos crisis, ambiental y social están interconectadas y el Papa con la encíclica lo ha elevado muy fuerte en el discurso público y por otro lado el tema de la conversión ecológica, este mensaje de Juan Pablo II de que necesitamos un cambio de corazón, una conversión espiritual para resolver esta crisis. Absolutamente, la Laudato si’ es una buena noticia para la humanidad”, insiste.
Espiritualidad ecológica
En ella, continúa, “encontramos la invitación a desarrollar una espiritualidad ecológica. Se debe pensar en la creación como lugar de oración, en este sentido, prosiguió, se trata de la visión francisca de que toda la creación está rindiendo alabanza a Dios (…) otro aspecto es la incidencia política, estas grandes cumbres de la ONU sobre clima y biodiversidad sobre las que podemos incidir. Un ejemplo es la petición: Planeta sano persona sana”.
Por último, Insua aclara que “la idea es portar la voz de los católicos para el cuidado de la casa común (…) y eso tenemos que hacerlo juntos, y en esto aún seguimos muy tímidos. Creo que comunidad católica hay mucha actividad, pero falta aún más. La urgencia de la crisis es tal (…) los científicos nos están gritando: por favor cambien de ruta”.
Movimiento Laudato Si’
La propia página web del movimiento describe que surgió en el 2015 como fruto de un kairós, la combinación de dos acontecimientos transformadores que cambiarían la respuesta de la Iglesia y la humanidad a la crisis ecológica: la publicación de la encíclica Laudato Si’ y el Acuerdo de París sobre el clima.
En primer lugar, el Santo Padre escribió y publicó la encíclica: Sobre el cuidado de la casa común, la primera encíclica papal enfocada en la crisis de nuestra casa planetaria. Inspirado por su homónimo, San Francisco de Asís, y por la profunda comunión con toda la Creación que se refleja perfectamente en el Cántico de las Criaturas, el cual sirvió de inspiración para el título de la encíclica, el Papa hizo un poderoso llamado a la Iglesia y a todos los hombres de buena voluntad a unirse urgentemente y responder al clamor de la tierra y al clamor de los pobres.
En segundo lugar, bajo las advertencias de la comunidad científica sobre la gravedad de la emergencia climática, los líderes de casi 200 naciones se reunieron en la Cumbre Climática de París de las Naciones Unidas (COP21) para acordar y firmar el Acuerdo de París. Tras 21 años de negociaciones fallidas, las naciones del mundo tenían una fecha límite para lograr finalmente un plan común que abordara la crisis climática antes de que fuera demasiado tarde.