Papa: “La agresión violenta contra Ucrania no se detiene”

Palabras del Santo Padre después de la oración del Ángelus

Violent Aggression Against Ukraine
Ángelus 20 marzo 2022 © Vatican Media

“Lamentablemente, la agresión violenta contra Ucrania no cesa, una masacre sin sentido donde cada día se repiten matanzas y atrocidades”, lamentó hoy el Papa Francisco tras el rezo del Ángelus de este domingo, 2 de marzo de 2022, con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

«¡No hay justificación para esto! Ruego a todos los involucrados en la comunidad internacional que se comprometan verdaderamente a poner fin a esta guerra abominable”.

A continuación, siguen las palabras del Papa después de la oración mariana, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

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Palabras del Papa

Queridos hermanos y hermanas:

No se detiene, lamentablemente, la violenta agresión contra Ucrania, una masacre insensata en la que todos los días se repiten estragos y atrocidades. ¡No existe justificación para esto! Suplico a todos los actores de la comunidad internacional que se esfuercen de verdad para hacer que cese esta guerra repugnante.


También esta semana, misiles y bombas se han abatido sobre civiles, ancianos, niños y madres embarazadas. He ido a visitar a los niños heridos que están aquí en Roma: a uno le falta un brazo, otro está herido en la cabeza… Niños inocentes. Pienso en los millones de refugiados ucranianos que deben huir dejando atrás todo, y siento un gran dolor por cuantos no tienen ni siquiera la posibilidad de escapar. Muchos abuelos, enfermos y pobres, separados de sus familiares, tantos niños y personas frágiles deben quedarse y morir bajo las bombas sin poder recibir ayuda y sin encontrar seguridad ni siquiera en los refugios antiaéreos. ¡Todo esto es inhumano! Aún más, ¡es también sacrílego, porque va contra la sacralidad de la vida humana, sobre todo contra la vida humana indefensa, que ha de ser respetada y protegida, no eliminada, y que está por encima de cualquier estrategia! No lo olvidemos: ¡es una crueldad inhumana y sacrílega! Oremos en silencio por todos los que sufren.

Me consuela saber que a la población que se ha quedado bajo las bombas no le falta la cercanía de los Pastores, que en estos días trágicos están viviendo el Evangelio de la caridad y de la fraternidad. Estos días he hablado por teléfono con algunos de ellos: ¡qué cerca están del pueblo de Dios! ¡Gracias, queridos hermanos, queridas hermanas, por este testimonio y por la ayuda concreta que estáis ofreciendo con valentía a tanta gente desesperada! Pienso en el Nuncio Apostólico, recién nombrado, Mons. Visvaldas Kulbokas, que desde el inicio de la guerra se ha quedado en Kiev junto con sus colaboradores, y que con su presencia cada día me hace estar cerca del martirizado pueblo ucranio. Permanezcamos junto a este pueblo, abracémoslo con afecto, con el compromiso concreto y con la oración. Y, por favor, ¡no nos acostumbremos a la guerra y a la violencia! No nos cansemos de acoger con generosidad, como ya se está haciendo: no solo ahora, en la emergencia, sino también en las semanas y los meses que vendrán. Porque vosotros sabéis que en el primer momento todos nos esforzamos por acoger, pero luego la costumbre nos enfría un poco el corazón y nos olvidamos. Pensemos en estas mujeres, en estos niños, que, con el tiempo, sin trabajo, separadas de sus maridos, serán asediadas por los “buitres” de la sociedad. Protejámoslas, por favor.

Invito a todas las comunidades y a todos los fieles a que se unan a mí el viernes 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación, en un solemne Acto de consagración de la humanidad, especialmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María, para que ella, la Reina de la Paz, obtenga la paz para el mundo.

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos venidos de Italia y de diversos países. En especial, saludo a los fieles de Madrid, al grupo internacional “Ágora de los habitantes de la Tierra”, a los médicos y los equipos de rescate del Servicio de Emergencia 118, a la Renovación Carismática Católica “Charis” —que es el único movimiento oficialmente reconocido, “Charis”” no otros—, y a los miembros del movimiento de los Focolares. Saludo al Pequeño Coro del Antoniano de Bolonia con la banda de la Policía de Estado, al Coro “Ensemble Vox Cordis” de Fornovo San Giovanni, al Coro “San Vincenzo Grossi” de Pizzighettone, a los chicos de la profesión de fe de Angera, Sesto Calende y Ternate, a los peregrinos de la diócesis de Asti y a los fieles de Venecia y Sassari.

Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!