El Santo Padre en el prólogo del libro de Juan Antonio Guerrero SJ, y Óscar Martín López SJ, «Conversación espiritual, discernimiento y sinodalidad», recuerda que “el camino sinodal emprendido por la Iglesia es un camino de escucha en profundidad”
Queridos hermanos: Les agradezco que hayan compartido conmigo este libro antes de su publicación. Tal como cuentan en la introducción la historia del libro, veo que Óscar ha logrado arrancar a su compañero del mundo de la economía en el que lo habíamos atrapado en esta casa, para devolverlo a temas más espirituales. Es bonito que de la conversación espiritual de sus autores haya nacido un libro sobre la conversación en el Espíritu.
Aunque en el libro tratan sobre todo de la conversación en el Espíritu, que es la metodología adoptada en el camino sinodal, aprecio mucho que no se queden en el método y su funcionamiento. Veo con satisfacción que ofrecen suficientes referencias históricas para que el lector pueda captar la profundidad y todo lo que pone en juego este método, para convertirse realmente en una experiencia de escucha del Espíritu. Ponen de relieve que el método sinodal es una experiencia espiritual, en la que el hablar y el escuchar buscan que el Espíritu Santo sea el verdadero protagonista. Según se sigue el hilo del libro, vamos sintiendo que el camino sinodal que hemos emprendido como Iglesia constituye una experiencia espiritual personal, comunitaria y eclesial, y requiere, por tanto, el trabajo individual de cada uno en su interior.
La idea de la conversación como «verter en un mismo cauce común» merecería mayor desarrollo. Comprender así la conversación permite aportar los diferentes puntos de vista para enriquecer el cauce común. ¡Cuánto bien nos haría una mayor dosis de conversación en la vida ciudadana y en la vida eclesial! En la conversación en el Espíritu encontramos una vía de participación orientada a la comunión y renovación de la misión, que alienta la participación de todos y acoge en la comunión y en la unidad la gran diversidad que somos.
La conversación en el Espíritu, el discernimiento y la sinodalidad consisten, más que nada, en escuchar. El camino sinodal emprendido por la Iglesia es un camino de escucha en profundidad. Es fundamental y muy necesaria la idea que sugieren de una «escucha abierta y vulnerable» que permite que el Espíritu nos mueva y nos cambie, nos haga elegir y nos lleve a concretar. Si cada uno permanece afincado en las posiciones adoptadas previamente, no se dará verdadera conversación, ni verdadera escucha del Espíritu. No encontrará nada que pueda aprender o asimilar de los demás. Y tendrá miedo de toda elección que implique cambios. Porque solo cuando de verdad nos escuchamos salimos enriquecidos y profundizamos en la comunión y en la misión.
Me ha parecido particularmente esencial el capítulo sobre las disposiciones interiores. Como he dicho en más de una ocasión, no pretendemos convocar un parlamento ni tratamos de hacer un sondeo de opinión. Queremos caminar juntos como hermanas y hermanos, escuchando al Espíritu Santo. Él es el verdadero protagonista del Sínodo. La escucha del Espíritu requiere una actitud interior determinada. La conversación en el Espíritu, el discernimiento y la sinodalidad solo pueden ir adelante si buscamos vaciarnos de nosotros mismos para llenarnos del Espíritu; si nuestra libertad se va liberando de amarres materiales, ideológicos y afectivos, para permitir que sea el Espíritu quien nos dirija más eficazmente; si cultivamos en nuestro interior actitudes de humildad, hospitalidad y acogida, a la vez que desterramos la autosuficiencia y la autorreferencialidad. Solo así se verán fortalecidas nuestra comunión y nuestra misión.
Dedican su último capítulo al modo concreto de llevar a cabo la conversación en el Espíritu. En él explican el método, el modo como se lleva adelante, los aspectos a los que hay que prestar especial atención. Este capítulo no se debe leer como si fuera la culminación del libro. Todo método es medio para un fin, no es el fin. El mismo Instrumentum laboris se refiere a la necesidad de adaptar el método a las diversas situaciones para que sirva verdaderamente de ayuda. La importancia de los anteriores capítulos reside, precisamente, en que permiten preparar y aplicar bien la metodología.
El Instrumentum laboris señalaba la necesidad de formación para la conversación en el Espíritu. Me parece que el libro que presentan ustedes proporciona valiosos materiales para este fin. Agradezco mucho su esfuerzo y estoy seguro de que va a constituir una excelente ayuda en muchos ambientes eclesiales.
Que Jesús les bendiga y la Virgen les cuide y, por favor, no se olviden de rezar por mí.
Vaticano, 21 julio 2023