El Papa Francisco ha destacado que recientemente Benedicto XVI, “nos ha dado un buen consejo” en torno al tema de la llegada de la muerte.
A lo largo de la catequesis de la audiencia general de hoy, miércoles 9 de febrero de 2022, el Santo Padre ha continuado con el ciclo de catequesis sobre la figura del padre de Jesús en la tierra, reflexionando sobre el tema: “San José, patrón de la buena muerte” (Mt 24,42.45-47).
De este modo, al hablar sobre el final de la vida terrenal, Francisco expresó que “quizá alguno piensa que este lenguaje y este tema sean solo un legado de pasado, pero en realidad nuestra relación con la muerte no se refiere nunca al pasado, está siempre presente”.
En este sentido, continúa, “el papa Benedicto decía, hace algunos días, hablando de sí mismo que ‘está delante de la puerta oscura de la muerte’. Es hermoso dar las gracias al Papa Benedicto que a los 95 años tiene la lucidez de decir esto: ‘Yo estoy delante de la oscuridad de la muerte, a la puerta oscura de la muerte’. ¡Nos ha dado un buen consejo! La llamada cultura del ‘bienestar’ trata de eliminar la realidad de la muerte (…)”.
Palabras de Benedicto XVI
Francisco se refirió a la carta de Benedicto XVI publicada ayer en respuesta al informe de la archidiócesis de Múnich y Freising sobre abusos sexuales recientemente publicado.
En ella el papa Ratzinger expresa: “Muy pronto me presentaré ante al juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento sin embargo feliz porque creo firmemente que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya padeció Él mismo mis deficiencias y por eso, como juez, es también mi abogado (Paráclito)”.
Ante la hora del juicio, prosigue el papa emérito, “la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí. Ser cristiano me da el conocimiento y, más aún, la amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte”.
“A este respecto, recuerdo constantemente lo que dice Juan al principio del Apocalipsis: ve al Hijo del Hombre en toda su grandeza y cae a sus pies como muerto. Pero el Señor, poniendo su mano derecha sobre él, le dice: “No temas: Soy yo…”. (cf. Ap 1,12-17)”, concluye.